Solomillo en salsa con puré de calabaza especiada

Hola a todos!!!

Hoy os presento una receta que combina un clásico como es el solomillo en salsita de cebolla, junto con un puré de calabaza que le da un toque de lo más original y exótico.

Como es sabido y os he comentado en otras ocasiones, es muy recomendable aprovechar para comprar en el mercado o en el supermercado los productos frescos cuando están de temporada, ya que se encuentran en su mejor momento en cuanto a sabor y en cuanto a precio! Es por ello que desde que se acerca el otoño nos animamos a preparar multitud de elaboraciones con calabaza. Existen muchísimos tipos de esta cucurbitácea, y todas ellas son muy sanas y nutritivas, al contener mucha fibra y vitaminas y pocas grasas. Con ellas se pueden preparar platos tanto dulces como salados: cremas de verduras, pasteles dulces, arroces…

En cuanto al solomillo, hace ya tiempo que probé el solomillo de pavo, que de tamaño es idéntico al de cerdo pero contiene menos grasas y se cocina más rápido. Además, a pesar de lo que se pueda pensar, es mucho más jugoso!!! Os animo a probarlo, pero si no lo encontráis se puede preparar la receta perfectamente con solomillo de cerdo o de ternera!

Allá vamos!

Ingredientes (para 2 personas):

Para el solomillo en salsa:

• 1 solomillo de pavo (o cerdo o ternera)
• 1 cebolla mediana
• 1 vaso de vino blanco o fino
• 1 vaso de agua
• Aceite de oliva
• Sal y pimienta

Para el puré de calabaza:

• Media calabaza (1kg aprox)
• 1 chorrito de aceite
• Sal
• Especias al gusto: cúrcuma, jengibre, comino…

Preparación:

Comenzamos preparando el puré de calabaza. Para ello, cogemos la calabaza (si no viniese cortada, la cortamos longitudinalmente), retiramos las pepitas con una cuchara y le hacemos unos cortes ligeros en la superficie. Ponemos un chorrito de aceite por encima, así como la sal y las especias en las cantidades que más nos gusten. Metemos la calabaza en el horno con la piel tocando la bandeja, sobre un papel de aluminio o sulfurizado. El horno debe estar precalentado a 200º y mantenerse a esta misma temperatura durante 1 hora, a no ser que antes veamos que está ya blandita al introducir un cuchillo.

Mientras, vamos cocinando el solomillo.

Salpimentamos el solomillo y lo doramos en una cazuela grande con aceite de oliva a fuego fuerte. Lo sacamos para emplearlo después.

Cortamos la cebolla en cuadraditos o tiras y la ponemos a pochar en esa misma cazuela, con un chorrito más de aceite, a fuego medio durante 10 minutos.

Cuando esté transparente, añadimos el agua y el vino, y dejamos con la tapa abierta durante unos minutos hasta que el alcohol del vino se haya evaporado.

Después cerramos la tapa y bajamos a fuego bajo, dejándolo 5 minutos más.

Ahora toca volver a meter el solomillo en la salsa. Podemos hacerlo entero o bien previamente cortado en medallones de 1-2 dedos de grosor, como prefiráis! Lo volvemos a meter en la cazuela y lo dejamos a fuego suave hasta que por el centro siga rosadito pero cocinado.

Ya tenemos listo el solomillo!

Cuando la calabaza esté tierna, la sacamos del horno. Sacamos la pulpa con una cuchara y la ponemos en un cuenco. La aplastamos con un tenedor o aplastador y si vemos que queda un puré demasiado espeso le añadimos un poquito de agua. Probamos si está bien de sal y rectificamos si es necesario. Ya tenemos listo el delicioso puré!

Servimos tres medallones por persona, regados por la salsita de cebolla (que podemos triturar o dejar tal cual) y dos cucharadas de puré de calabaza.

¿Qué os parece? Espero que os guste mucho!