Hola amigos!
En Luxemburgo y en general en Centroeuropa son extremadamente carnívoros. Cuando buscamos platos típicos de estos países nos encontramos con muchos platos contundentes generalmente a base de cerdo, tan ricos como poco convenientes para su consumo diario. (Os recuerdo que las autoridades sanitarias (OMS) recomiendan reducir el consumo de carne roja, siendo la ración SEMANAL recomendada de UNA, como mucho…)
No obstante, una cosa que me ha sorprendido muy gratamente es la importancia que le dan a las guarniciones. Normalmente en España cuando pides un plato de carne o pescado suele venir acompañado de una ensalada poco fresca y sin aliñar, o bien unas patatas fritas de baja calidad. El resultado es que generalmente nadie se las come… Aquí, las guarniciones son igual de importantes que el protagonista del plato y, de hecho, te preguntan cuál quieres (ensaladas de varios tipos, boniato o patata asada/puré/frita, verduritas al vapor…).
La receta que comparto hoy la probé en uno de mis restaurantes favoritos de Luxemburgo, «Um Plateau», un lugar que os recomiendo visitar para cenar en plan elegante si algún día os dejáis caer por esta bonita ciudad ☺. Pedí un brioche de langosta imposible de replicar acompañado de unas verduras asadas que me volvieron loca! Pregunté cómo estaban hechas y aquí tenéis el resultado.
➡ Las hemos utilizado para acompañar pollo asado y otro día gallo a la plancha. Espectacular en ambos casos, y también podríamos ponerlas como ingredientes de una ensalada.
Ingredientes (para 4 raciones de guarnición):
- 1 remolacha (cruda, no cocida)
- 2 patatas normales
- 1 boniato
- cualquier otro tubérculo como chirivías o bien calabaza, zanahoria…
- 1 chorrito de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- pimienta negra
- 1 cucharada sopera de hierbas provenzales o bien 1 cucharadita de orégano, otra de tomillo y otra de romero

