

Muy buenos días queridos lectores!
Estas Navidades pasamos muchos días en España en casa de mis padres, y me propuse darnos muchos caprichitos gourmet dado que íbamos a pasar en casa casi todas las comidas… Uno de ellos fue con el pan. Como, según mi madre, “su horno no es muy allá”, en vez de hacer el pan en casa investigué panaderías artesanales en las que comprar pan de calidad. Encontré Levadura Madre, una franquicia que está creciendo como la espuma y no me extraña porque lo que venden está realmente rico… No es barato, una hogaza te sale por casi 5 euros, pero como entenderéis después con mi párrafo nutricional, si reducimos el consumo al final nuestro gasto en pan es el mismo y nuestra salud mejora 🙂 .
El pan que más nos gustó de los que probamos (y repetimos varias veces) fue uno hecho con vino (en vez de agua!), y que tenía dentro nueces y pasas. Una delicia que enseguida empecé a investigar y descubrí que tienen la receta publicada!!!
Así que me puse a hacerla en casa (adaptándola a lo que disponemos en una cocina doméstica, evidentemente) y me salió ESTA MARAVILLA que os animo a hacer ya mismo!
Paréntesis nutricional. Desde que estudié Nutrición entendí muchas cosas sobre el pan, que me gustaría compartir:
- Se trata de un alimento que representa el 12% de las calorías diarias ingeridas por el español medio (una barbaridad, es el primer alimento en la lista, siendo las legumbres un 2% por ejemplo). Ya que comemos tanto pan (debajo hablo sobre eso), deberíamos plantearnos su calidad!
- El mejor pan a nivel nutricional es el que está hecho con harina 100% integral (poco importa que sea casero o comprado, e incluso el cereal del que proceda la harina), y ya si lo hacemos con masa madre pues mejor, pero sobre todo lo importante es la harina y que no tenga más ingredientes que ella, agua, levadura y sal (y alguna cosa más tipo semillas, frutos secos o fruta desecada, si queremos).
- Aun así, tenemos que tener en cuenta de que no se trata de un alimento especialmente nutritivo para las calorías que aporta, por lo que lo adecuado sería reducir su consumo a 2 rebanadas diarias, como mucho. Esto puede resultar complicado en una casa española tradicional, en la que se desayunan tostadas, se acompañan comidas y cenas con pan, y se meriendan bocadillos, pero la realidad es la que es, y se trata de una mera costumbre que no se da en otros países…
Me callo ya y os doy la receta!!!
Ingredientes:
- 500 gr de harina (la que queráis; nutricionalmente son mejores las integrales, personalmente me gusta poner mitad alguna integral – como la de centeno – mitad harina normal o de fuerza)
- 250 ml de vino tinto
- 250 ml de agua
- 6 gr de levadura de panadería seca (o 20 si es fresca) – recordad que NO es la levadura tipo royal de los bizcochos
- 2-3 punados de pasas (podrían ser orejones, dátiles o ciruelas, si prefirieseis)
- Unas cuantas nueces (6 por ejemplo)
- 1 cucharadita de sal
Preparación:
Comenzamos poniendo en un cazo el vino y las pasas. Encendemos el fuego al máximo y dejamos que hierva 10 minutillos aprox, con el doble fin de que se evapore el alcohol y de que se rehidraten las pasas.

Una vez pasado ese tiempo, retiramos las pasas (las pasamos a un cuenquito para usarlas después) y pesamos el vino escurrido (sin las pasas), que normalmente se habrá reducido a 150 ml/gr. Debemos comprobarlo pesándolo, ya que en total entre agua y vino debemos tener 400 ml de líquido. Las pasas las reservamos de momento.
Pasamos a un cuenco grande o a la thermomix el vino (caliente) y el agua (fría del grifo) en la cantidad indicada y los mezclamos con la levadura hasta que se disuelva bien (en thermomix, 15 segundos a velocidad 4).
Agregamos la harina y la sal y amasamos muuuuy bien con las manos o con thermomix (4 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga).
Por último añadimos las pasas y nueces y volvemos a amasar. Si estamos con thermomix, las añadimos durante el último minuto de amasado.

Ahora el procedimiento es distinto en función de cómo vayamos a cocinar el pan:
- Con Crockpot:
- Ponemos la masa (inmanejable, no os asustéis) en la Crockpot y espolvoreamos harina/copos de avena por encima (opcional, es para darle el aspecto de la foto jeje).
- Dejamos que se cocine 2 horas en Alta, poniendo un paño de cocina pillado debajo de la tapa (para que absorba el vapor generado y no nos quede un pan mojadillo).
- Opcionalmente, si queréis que tenga una buena corteza crujiente, podéis ponerle los últimos 15 minutos en el horno a máxima temperatura/grill, dentro de la propia Crockpot.

- Sin Crockpot:
- Tapamos el cuenco donde esté la masa con un paño de cocina y lo dejamos sin hacer nada durante 2 horas. OJO: si es invierno, o recomiendo dejarla cerca de un radiador (tampoco muy muy caliente, solo para que no esté fría del todo). Este tiempo de 2 horas es necesario para que se produzca la fermentación y el pan tenga miga esponjosa. Si lo paramos antes o si no lo hiciésemos, el pan seria compacto y nos decepcionaría el resultado, pero como queráis! 🙂
- Cuando falten 5 minutos para terminar las 2 horas, precalentamos el horno con calor arriba y abajo a 220 grados.
- Pasadas las 2 horas, engrasamos el molde que vayamos a usar para hornear (puede ser uno de bizcochos, o el de lekue especial para panes) con un poco de aceite de oliva.
- Colocamos la masa (que habrá duplicado su tamaño) en el molde. Si queréis, podéis espolvorear un poco de harina por encima y hacer unos cortes con un cuchillo para darle aspecto de pan, pero insisto que esto solamente afecta al aspecto jeje.
- Introducimos el molde dentro del horno y dejamos:
- 30 min a la temperatura de precalentado
- 30 min a 180 grados.
- Os recomiendo que os pongáis una alarma para acordaros de este cambio. La razón del cambio es que con los primeros 30min conseguiremos la corteza crujiente y con los 30 últimos se hará la miga esponjosa…

Bonus: CONSEJILLOS EXTRA
➡ No debemos cortarlo hasta que esté lo suficientemente frio como para poder manipularlo sin quemarnos en absoluto (mínimo 15 minutos). No os precipitéis, ya que ese reposo termina de cocer el pan y además puede sentaros mal al estómago!
➡ Dura tierno 4 días aproximadamente.
➡ Suelo guardarlo en la nevera cortado en rebanadas dentro de una bolsa de tela. También podéis guardarlo entero y/o dejarlo fuera de la nevera.
➡ Podéis congelarlo cortado en rebanadas. De este modo, cuando queráis emplearlo solo habrá que sacar la rebanada y ponerla al tostador directamente!
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