Buenos días!
Aún no doy crédito a que la leche condensada se haga como hoy os voy a contar, y mucho menos a que sea saludable, con la de veces que la he tomado disfrutándola a sabiendas de que era una bomba!!! Jejeje.
Y cómo se le acaba ocurriendo a una ponerse a fabricar leche condensada? Pues muy sencillo, el año pasado en pleno confinamiento se nos acabó la leche condensada que solemos tomar con fresas en esta época y se me ocurrió investigar. Para mi sorpresa, la leche condensada no es más que leche en polvo rehidratada con un poco de agua y azúcar!
En algunas recetas vi que añadían muchísimo azúcar, mientras que en otras no añadían nada; en algunas vi que aplicaban calor, en otras simplemente trituraban la mezcla…
Total, que decidí hacer un mix y aquí tenéis una versión PERFECTA de leche condensada casera facilísima y saludable!
➡ Usos: tal cual con fresas, en tostadas, para hacer flan, crema de limón, dulce de leche…
Ingredientes (para 1 bote de 300-400 ml):
- 200 gr de leche en polvo (hay normales y desnatadas, no importa)
- 150 gr de agua
- Azúcar o eritritol (luego vemos cantidad)
Preparación:
OJO, necesitamos thermomix!
Ponemos la leche y el agua en la thermomix y programamos 10 minutos a 90 grados y velocidad 3.
Pasado ese tiempo, probamos el dulzor y añadimos azúcar/eritritol en la medida en que nos guste – personalmente añadí 2 cucharadas soperas y estaba dulcísima.
Finalmente, trituramos 10 segundos a velocidad 10 para quitar posibles grumos. Veréis que la textura es MUY líquida, no os preocupéis que luego espesa.
Pasamos a un bote de cristal y, cuando esté templado, pasamos a la nevera para que adquiera consistencia de leche condensada – necesita unas cuantas horas, incluso de un día para otro.
➡ Al no tener apenas azúcar ni estar esterilizada y demás, dura menos que la leche condensada que se compra. No la dejaría más de una semana en la nevera.
➡ Usos: ver al inicio del post.