Rollitos de carne en salsa de cerveza y mostaza («slavinken»)

Hola amigos!

Sigo descubriendo recetas tradicionales de esta parte de Europa donde vivo y me tienen fascinada! Hay tantos sabores tan distintos que es una maravilla, y además ya sabéis que “mi fuerte” (o más bien lo que más me divierte) es darles una vuelta healthy o vegetal a las versiones tradicionales sin perder sabor.

El plato de hoy son unos rollitos típicos de Holanda de carne picada envuelta en bacon.

En mi versión hay más cosas:

  • Os propongo una salsa de cerveza y mostaza, espesa y con toque dulcecito…
  • Si por cualquier motivo os parece demasiado contundente o no queréis tanta carne, os muestro además la versión vegetal que yo preparé en casa. Básicamente sustituyo la carne picada por soja texturizada (ese maravilloso invento) y el bacon por hojas de col (inspirada por el plato típico rumano “sarmale”, que son rollitos de carne envueltos en hoja de col).

Aviso a navegantes: NO es una receta rápida. No es difícil pero lleva su tiempo!

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 300 gr de carne picada a vuestro gusto (versión sin carne: 50 gr de soja texturizada)
  • 8 lonchas de bacon finito (versión sin carne: 8 hojas de col/repollo)
  • 100 gr de arroz ya cocido (aprox 50 gr si lo tenéis que cocinar)
  • 1 cebolla
  • 1 huevo
  • opcional: pepinillos
  • 2 cucharaditas de mostaza (yo puse tipo Dijon)
  • 1 cucharadita de maizena
  • 1 cerveza
  • 1 cucharadita de miel, azúcar u otro endulzante natural (los artificiales amargan con el calor)
  • 2 hojas de laurel
  • sal
  • pimienta
  • aceite de oliva

Sigue leyendo Rollitos de carne en salsa de cerveza y mostaza («slavinken»)

Tarta de zanahoria (la mejor del mundo, prometido!)

Buenos días!!!

Hace poquito estuve desayunando en casa de una amiga (que me suele inspirar muuuchas recetas que veis en este blog) y preparo esta tarta de zanahoria. Cuando la probé me quedé alucinada, le dije literalmente que era la mejor que había probado nunca, y al probarla ella lo admitió… jejeje.

Como os he dicho varias veces, estoy harta de probar versiones saludables pero decepcionantes de recetas dulces. De modo que cuando doy con una que sabe igual o más rica que la versión “normal”, y con la textura esperada, salto de alegría y corro para compartirla con vosotros!

Y qué tiene de más saludable esta versión de hoy? Es más ligera (en cuanto a grasa) y tiene menos azúcar que la versión tradicional, gracias a la adición de plátano maduro. OS ASEGURO que no sabe NADA a plátano, al final lleva tantos otros ingredientes y especias que se camufla perfectamente…

Dicho esto, paso a compartir esta verdadera joya de la repostería… Si tenéis un cumple cerca, sorprended con esta tarta, y no dejéis de hacer el frosting/cobertura, porque es ya el remate total!!!

Ingredientes (sale un pastel grande, para unas 8 raciones):

  • 2 plátanos pequeño súper maduros (o uno, si es muy grande)
  • 1-2 huevos
  • 1/2 taza de zanahoria rallada (comprada así o rallada con rallador o thermomix)
  • 1/4 taza de sirope de arce/miel/agave, o bien 1/3 de taza de azúcar
  • 1/2 taza de leche (la que queráis)
  • 2 cucharadas de yogur (mejor que sea uno espeso tipo griego o skyr) – opcional pero le da jugosidad
  • 2 cucharadas soperas de aceite de oliva o de coco (medido ya derretido)
  • 2 tazas de harina (la que queráis, mejor que sea al menos en parte integral, sirven copos de avena triturados)
  • 2 cucharaditas no muy llenas de levadura química (tipo royal, la de bizcochos, no de pan)
  • 1/2 cucharadita de sal
  • Nueces troceadas (cantidad al gusto)
  • Especias:
    • 1 cucharadita generosa de canela
    • Pizca de nuez moscada
    • Vainilla en polvo o en extracto

Para el frosting/cobertura:

  • 6 cucharadas soperas de queso crema tipo Philadelphia (1 tarrina de 150 gr aprox)
  • media cucharadita de canela
  • 2 cucharadas soperas de alguno de los siropes indicados arriba, o bien de azúcar glass (no azúcar normal, por la textura)
  • Nueces

Preparación:

Precalentamos el horno a 180 grados con calor arriba y abajo.

Aplastamos el plátano con un tenedor en un plato hasta que no tenga apenas grumos.


Tomamos un cuenco grande y mezclamos muy bien todos los ingredientes líquidos (consideramos liquido el plátano machacado y la zanahoria rallada).

Agregamos a ese cuenco todos los ingredientes secos y mezclamos muy bien hasta que quede homogéneo. Las nueces las añadimos en último lugar.

Engrasamos un molde (alargado o redondo) – si es de silicona quizá sea innecesario engrasarlo. Otra opción es forrarlo con papel de horno.

Vertemos la mezcla anterior en el molde y metemos en el horno a media altura SIN ABRIRLO durante 40 minutos aprox. Apagamos el horno y dejamos otros 10 minutos dentro.

Abrimos el horno y metemos un pincho o cuchillo: si sale limpio, está listo, si no, encendemos el horno de nuevo y metemos otros 10 minutos o lo que sea necesario.

Sacamos y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y después en la nevera unas cuantas horas o hasta el día siguiente (es un pastel que se toma frio).

Una vez frío, podemos preparar el frosting/cobertura. Simplemente mezclamos el queso, la canela y el endulzante y lo untamos por encima del pastel. Ponemos por encima más nueces a modo decorativo.

Si os sobra pastel (que lo dudo, pero si solo sois 1 o 2 personas puede pasar jeje) podéis cortarlo en rebanadas SIN EL FROSTING (se lo quitáis) y congelarlas dentro de una bolsita. Luego simplemente las descongeláis dejándolas a temperatura ambiente un rato.

Cebollas rellenas de atún con tomate

 

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 5-8 cebollas (en función del tamaño, cuanto más grandecitas mejor)
  • 2 dientes de ajo
  • 3 latitas de atún al natural (200 gr aprox en total) – si sólo lo encontráis en aceite, también sirve
  • 6 cucharadas de tomate frito
  • 2 huevos
  • 1 chorro de vino blanco (cualquiera para cocinar)

Preparación:

Comenzamos vaciando las cebollas. Primero las pelamos y les cortamos una tapita de un tamaño que nos permita rascarlas por dentro. Las vamos vaciando con una cucharita vaciadora (las que se utilizan también para hacer bolitas de melón), aunque si no tenéis podéis hacerlo con una cuchara y cuchillo (y muuucha paciencia).

El relleno que vayáis sacando, lo pasáis a una cazuela mediana con un chorrito de aceite pero sin calentar aún (lo utilizaremos para la salsa y para el relleno).

Una vez tengamos todas las cebollas vacías, las colocamos en un estuche de vapor tipo Lekué (yo utilicé uno que venía con el microondas). Otra opción es hornearlas envueltas en papel de horno. En el microondas se hacen en 12 minutos, en el horno serían unos 30 a contar desde que está precalentado a 200 grados.

Encendemos el fuego donde está la cazuela  con la cebolla y añadimos el ajo picadito y una cucharadita de sal. Los dejamos asó 10 minutillos removiendo de vez en cuando.

Mientras, ponemos a hervir los huevos en agua fría con vinagre 12 minutos ( a contar desde que empieza a hervir el agua).

Cuando estén los huevos, los pelamos y picamos y los pasamos a un cuenco.

En ese cuenco echamos 2 cucharones de la cebolla pochada, las latas de atún escurridas y la salsa de tomate. Mezclamos bien.

A la cazuela de la cebolla le agregamos 2 cucharadas de tomate frito o bien 1 tomate natural troceado y dejamos 2 minutos a fuego fuerte. Incorporamos el vino y dejamos otro minuto para que se evapore el alcohol. Apagamos el fuego.

Sacamos las cebollas del microondas/horno y, con una cucharita y mucho cuidado, las rellenamos con la mezcla de atún, huevo etc. Hay que aplastar bien l relleno por dentro para que quede compacto, quepa más y no se desmoronen.

Trituramos la salsa de la cazuela con una batidora. Yo le añadí el agua de cocción de las cebollas, porque queremos una salsa bastante líquida.

La volvemos a poner en la cazuela y colocamos las cebollas en ella con cuidado y separadas.

Dejamos que se terminen de cocinar 30 minutos más, tapadas, a fuego muy muy suave, sin remover demasiado para que no se rompan.

Listo!!!

Cómo hacer tomates secos en aceite

Muuuy buenos días querid@s lector@s!!!

Hacía tiempo que no compartía una receta de este tipo, un básico (bueno, no tan básico jejeje) de cocina súper fácil de hacer!

Hay cositas que a veces no sabemos lo fácil que son de preparar en casa y las adquirimos en tiendas a precio desorbitado o con mucho aditivo por puro desconocimiento. Es el caso de este tipo de tomates, que a no ser que te cuesten un auténtico riñón, vendrán sumergidos en aceite de girasol y aditivos a porrón, cuando hacerlos en casa es muy barato, fácil y rapidísimo, como veréis debajo.

Y con qué tomar estos tomatitos? Os dejo ideas:

Vamos allá!!!

Ingredientes (para 2 botecitos o uno grande – tened en cuenta que se conservan bien 2 semanas, así que haced la mitad si pensáis que no los vais a consumir todos!):

  • 80 gr de tomates secos deshidratados (los venden en la mayoría de supermercados incluido Mercadona, herbolarios…)
  • aceite de oliva (luego veremos cantidad)
  • hierbas provenzales secas al gusto (orégano albahaca tomillo romero…)

Preparación:

Comenzamos poniendo a cocer/rehidratar los tomates en agua hirviendo. Los dejamos a fuego medio 20 minutos tapados.

Una vez estén, los pasamos a un colador y después los secamos bien con papel de cocina. Este paso es IMPORTANTE, ya que de otro modo se nos van a poner malos enseguida.
Os sugiero hacer un montoncito de papel sobre la encimera, poner los tomates esparcidos por encima, cubrirlos de otro montoncito de papel, y apretar para que se absorba el líquido. Lo veis mejor en las fotos  inferiores…

Ahora sólo queda meterlos en un bote de cristal bien limpio, uno encima de otro, poniendo entre capas las hierbas secas.

Cubrimos de aceite de oliva de forma que quede TODO bien cubierto. OJO, se gasta bastante aceite, pero como truquito os recomiendo que empecéis poniendo un buen chorro de aceite y vayáis aplastando con una cucharita los tomates, así se van compactando y queda menos espacio entre ellos que rellenar con aceite!

Cerramos el bote y lo guardamos 2 días en un armario a temperatura ambiente para que coja bien los sabores.

Después lo pasamos a la nevera y ya los tenemos listos para consumir! Duran 2 semanas, tened en cuenta que para bien y para mal no llevan aditivos como los de las tiendas!

 

Guiso de patata, alcachofas y carne (con y sin Crockpot)

Muy buenos días querid@ lectores!

Hace poquito estuve en Madrid visitando a mi familia y amigos y tuve la enorme suerte de poder ver a mis abuelas (ventajas de tener que llevar una PCR obligatoria para coger un avión!). Lo cierto es que olía la casa a algo delicioso, y evidentemente pregunté y me llevaron hasta el origen del aroma… Era este plato de cuchara, que estaba preparando una de mis tías, y del que me dio la receta (o al menos me quedé con una idea aproximada de ella jejeje).

Fue el primer plato que cociné al volver a Luxemburgo, y salió taaan rico que aquí os lo traigo, espero que os guste!!!

NOTA: os dejo instrucciones con y sin Crockpot. 

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 200 gr de carne sin hueso a vuestra elección tipo solomillo o pechugas de pollo, o bien 400 gr si son piezas con hueso tipo costillas o muslos de pollo
  • 4-6 patatas (en función del tamaño)
  • 1 paquete de alcachofas en aceite (en mercadona lo tienen; si no, podéis cocer corazones de alcachofa fresca o congelada, pero NO os recomiendo emplear alcachofas en conserva puesto que el liquidillo en el que vienen tiene un sabor desagradable)
  • 2 sobrecitos de azafrán molido (también lo compro en Mercadona), o unas hebras
  • 3 hojas de laurel
  • pimienta negra al gusto
  • opcional: 1 cucharada de pulpa de pimiento choricero (la venden en botecitos de cristal, aporta mucho sabor a este tipo de guisos!)
  • aceite de oliva
  • 2 cucharaditas (no muy llenas) de sal
  • agua (luego veremos cantidad)

Preparación:

Comenzamos preparando los ingredientes. Para ello, lavamos y opcionalmente pelamos las patatas, y las troceamos tamaño bocado (como las esperamos encontrar en el guiso). Troceamos la carne si es deshuesada; si es con hueso la dejamos tal cual.

Con cazuela:

En una cazuela amplia ponemos un chorro generoso de aceite a calentar a fuego medio-fuerte y doramos la carne.

Bajamos a fuego medio y agregamos las patatas, las especias y la sal (y opcionalmente la pulpa de pimiento choricero) y cubrimos con agua 2 dedos por encima. En cuanto empiece a hervir a borbotones, bajamos a fuego más suave, tapamos y dejamos que cocine 20-30 minutos, o hasta que la carne y la patata estén tiernas.

Con Crockpot:

Vertemos en la Crockpot la carne tal cual, las patatas, las especias y la sal (y opcionalmente la pulpa de pimiento choricero) y agua SIN que llegue a cubrir todo. Dejamos que se cocine 3 horas en Alta, o hasta que la carne y la patata estén tiernas.

El resto de la receta es común:

Incorporamos entonces las alcachofas (escurridas) y removemos.

Si la carne iba con hueso, la sacamos, deshuesamos y reincorporamos al guiso desmenuzada.

Si no ha quedado suficientemente espesito, podemos triturar un cazo de las patatas cocidas y volverlo a incorporar, mano de santo ya veréis!

Y ya tenemos nuestro plato listo para disfrutar, sin necesidad de más acompañamiento ni primero o segundo plato!

➡ Se conserva genial en la nevera 4 días, incluso sabe mejor que recién hecho! NO os recomiendo congelarlo, ya que la patata queda con textura terrosa.

 

Berenjenas rellenas de ricotta, feta y carne (o soja)

Buenos días!

Te gustan las berenjenas rellenas? Es curioso, porque generalmente la respuesta es “si” o “no”, cuando en realidad debería depender de qué estén rellenas, no? Jajaja. En fin, que está claro que el formato “berenjena rellena” es algo que triunfa bastante, tenga dentro lo que tenga. Además, son bastante fáciles de hacer, se puede preparar bastante cantidad de golpe, son muy nutritivas (rellenándolas “bien”) y se conservan genial tanto en el congelador como en la nevera.

En este blog he publicado varias recetas de berenjenas rellenas, os las dejo por si os interesa:

Hoy os traigo unas nuevas, muy ricas y bastante ligeras pero de verdad muuuy sabrosas, y que podéis hacer vegetarianas sustituyendo la carne por soja texturizada tal como os indico en las instrucciones debajo.

Espero que os gusten!!!

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 2 berenjenas medianas
  • 250 gr de queso ricotta
  • 100 gr de queso feta (u otro queso fuertecito tipo queso azul)
  • 1 cucharada sopera de hierbas provenzales secas (tipo orégano, tomillo o romero)
  • 4-6 cucharadas de tomate frito (casero o comprado de calidad)
  • 200 gr de carne picada al gusto, o bien 35 gr de soja texturizada
  • queso parmesano/grana padano – para gratinar al final
  • Pizca de sal (muuuy poca, que algunos de los ingredientes ya aportan!)

Preparación:

Comenzamos asando las berenjenas. Para ello:

  • las lavamos bien y las cortamos por la mitad a lo largo
  • les hacemos unos cortes en la pulpa en forma de rombo sin llegar al fondo.
  • las asamos:
    – en el horno a 200 grados (unos 40min) – o bien en el microondas en un estuche de vapor tipo Lekué 8 minutos. Quedan más ricas horneadas, pero la diferencia de tiempo es considerable…

Mientras:

  • Si usamos carne, la doramos un poco en una sartén a fuego fuerte con un hilillo de aceite
  • Si vamos a usar soja en lugar de carne, la ponemos a hidratar en un cuenco en abundante agua hirviendo – 10 minutos como mínimo.

Una vez tengamos lo anterior listo, sólo queda mezclar y rellenar!

Mezclamos primero en un cuenco los quesos con la salsa de tomate, la carne/soja y las hierbas. Ponemos pizca de sal.

Después, incorporamos la pulpa de la berenjena asada que habremos extraído previamente con cuidado.

Rellenamos las berenjenas con esta mezxla, espolvoreamos el queso parmesano por encima y metemos a gratinar al horno (precalentado) a 200 grados hasta que estén doraditas por encima. Depende del horno, pero en 10 minutos pueden estar.

Listas!!!

➡ Como guarnición, lo que más me pega es una ensalada sencilla pero generosa, con mucho verde, tomate, cebolla… aliñada con vinagreta normal o se mostaza.

 

Crema americana de brócoli y queso

Buenos días!!!

Con motivo de la receta de sopa reconfortante de tomate y pollo os hablé de una de mis últimas adquisiciones en libros de cocina. Se trata de un libro (“Sopas” – os dejo de nuevo el link) con multitud de recetas buenísimas sobre sopas de todos los estilos, del que me he propuesto preparar una cada semana 🙂 .

La segunda que he preparado es la que hoy comparo: una deliciosa y contundente crema de brócoli y queso que, de verdad, nada tiene que ver con la infantil pereza de comer brócoli o purés, probadla y me contáis!!! Mi marido no soporta las coles y con esta crema (al igual que con esta de coliflor) acabó rebañando el plato…

Vamos allá!!!

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 1 brócoli
  • 100 gr de queso cheddar (también serviría un mix entre parmesano/grana padano y otro más suave tipo emmental/gouda, o incluso uno azul)
  • 2 patatas medianas
  • 1 cebolla/puerro
  • 2 dientes de ajo
  • 1 cucharadita de sal
  • Pimienta negra al gusto
  • Opcional: 100 ml de nata líquida (de cocinar) o de leche
  • Aceite de oliva
  • Agua (luego vemos cantidad)

Preparación:

Comenzamos lavando/pelando bien todas las verduras y troceándolas de tamaño mediano/pequeño.

En una cazuela amplia y con un chorro de aceite a fuego medio, ponemos a pochar la cebolla junto con el ajo y la sal y dejamos 7 minutos.

Agregamos la patata y el brócoli y dejamos otros 7 minutos.

Cubrimos de agua dos dedos por encima del contenido de la cazuela (si queréis  acelerar, poned el agua ya hirviendo del kettle/hervidor o un cazo) y tapamos.

Cuando empiece a hervir, incorporamos el queso previamente troceado o rallado, y dejamos que cocine todo hasta que la patata esté tierna (20 minutos aprox).

Trituramos el conjunto, agregando en este momento la nata/leche (opcional) y la pimienta.

➡ Servimos bien calentita, opcionalmente con pan tostado y más queso rallado por encima.

➡ Se conserva bien en nevera unos 4 dias, y también se puede congelar (recordad que al descongelar cambia la textura, pero se arregla triturando todo de nuevo o calentando la crema en un cazo al fuego y removiendo).

Freidora de aire: sí o no? Para qué?

Hola amig@s!

Hace unos meses os mostré en Instagram que una amiga me había dejado su freidora de aire (o “air fryer”). Me invito a merendar y, al ver su freidora, le pregunté qué tal era, ya que últimamente no paraba de verla en todo tipo de blogs, perfiles de Instagram, revistas, etc. Su respuesta fue: «llévatela un tiempecito y me dices, nosotros no tenemos muy claro si vale la pena o no». De modo que así procedí, volviéndome a mi casa tan feliz con el cacharrito.

Tras más de 2 meses utilizándola bastante, siento que puedo compartir mi opinión, e incluso daros recetas (al final del post).

Vamos allá…

NOTA: os recuerdo que tengo otros posts sobre cacharritos de cocina:

Qué es una freidora de aire? Por qué están de moda? Cómo funcionan?

Se trata de un electrodoméstico que consta (a nuestros ojos) de 3 partes visibles: el cuadro de mandos (los numeritos de temperatura y tiempo); una cubeta y una cestita. En ella ponemos nuestros ingredientes y, por acción de aire muy caliente, éstos se cocinan con resultados intermedios entre un horno y una freidora.

Son relativamente baratas (desde 50 euros las tienes) y están muy de moda últimamente como sustitutas de las freidoras, ya que se conocen cada vez más los efectos perjudiciales que tiene para la salud de someter el aceite a altas temperaturas, y peor aún, de hacerlo sucesivas veces.

Vale la pena comprarse una?

Depende… fundamentalmente de 5 cosas:

  • Si tienes horno o no:
    • si no tienes horno, te servirá un montón (considerar también los otros factores de debajo), ya que los resultados que ofrece son muy parecidos a los del horno, y encima es portátil.
    • si tienes horno, la verdad es que puedes hacer todas las recetas en él en lugar de en esta freidora, con casi idénticos resultados.
    • las ventajas que le veo frente al horno son: que se tarda menos tiempo (además por lo general no es necesario precalentar), y que gasta menos electricidad (al ser más pequeña y tardar menos)
  • El espacio – ocupan bastante espacio, son aproximadamente del tamaño de una thermomix o de una freidora tradicional grande. Si tienes una cocina grande o un espacio para ello, puede que te dé igual, pero es importante porque es de verdad bastante armatoste.
  • Personas que comen en casa – al ser la cubeta de la freidora bastante pequeñita, no caben por ejemplo patatas fritas o salmón a la plancha para más de 2 personas
  • Tipo de platos que suelas hacer – si eres “muy de freidora”, es decir, en tu casa tomáis mucha croqueta, patatas fritas, varitas de pescado etc, te puede suponer una muy buena solución en términos de salud. Si no sueles comer esas cosas, no parece que este electrodoméstico vaya mucho contigo!
  • Lo perezoso que seas limpiando – debido a su tamaño y la forma que tiene de cocinar, se suelen introducir los ingredientes “tal cual” dentro de la freidora, de modo que hay que limpiarla muy bien cada vez, tanto la cesta como la cubeta. Esto, frente al horno, representa una diferencia, ya que en él puedes meter una fuente o papel de hornear y listo!

Y tú, te la vas a comprar?

Personalmente, aunque somos dos personas, considerando que tengo horno, una cocina muy pequeña en la que ya ocupan mucho espacio la thermomix y la Crockpot, que no somos “muy de freidora”, y que somos bastante perezosos en lo que lavar a mano se refiere… no creo que me la compre, al menos de momento. Aunque he de reconocer que la hemos disfrutado un montón!

Hay diferencias entre unas y otras?

Sí, y bastante, tanto en calidad (duración) como en las funciones que tienen.

Por ejemplo, una muy clave: muchas no tienen la función de “remover”, lo que hace que en casi todas las recetas haya que abrir la freidora una o varias veces para remover y asegurarnos así de que esta todo homogéneamente cocinado, y no crudo por un lado y quemado por el otro. Tampoco es que sea un gran esfuerzo, pero si os vais a hacer con una nueva, os recomiendo que tenga esa función.

Al parecer, las de la marca Ikohs y la de Philips van muy bien.

Qué recetas has probado que salgan bien? Cómo adaptar “nuestras recetas” a la freidora de aire?

Como indicaba antes, os pongo simplemente platos, su tiempo y su temperatura. Si de alguna tengo en el blog, os las enlazo; si no, os animo a buscarlas por internet o a adaptar las que soláis seguir en casa con vuestra freidora tradicional 🙂 .

Notas antes de leer el listado inferior:

  • Los tiempos son orientativos, depende mucho de lo grueso que estén cortados los alimentos, la temperatura a la que estuviesen (nevera o no), etc; de modo que os recomiendo seguir mis indicaciones y poned minutos adicionales después en caso de verlo necesario
  • Si vuestra freidora tiene la función “remover”, ignorad mis comentarios sobre “remover de vez en cuando”.
  • En todos los casos, los ingredientes deben ir pintados/espolvoreados con aceite de oliva; os recomiendo para ello el spray de aceite de oliva que venden en mercadona o similares.

Ahora sí que sí, vamos allá!

  • Patatas fritas (prácticamente “cuelan” como tal) – 20 minutos a 180 grados, removiendo cada 5
  • Boniatos asados especiados (quedan idénticos a los del horno) – 20 minutos a 180 grados, removiendo cada 5
  • Bastoncitos de berenjena empanados (los típicos que se les pone un poco de miel al servir) – 7 minutos a 200 grados
  • Varitas de merluza empanadas (tipo Pescanova pero mejor hacedlas caseras) – 10 minutos a 200 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Nuggets – 15 minutos a 200 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Coliflor especiada crujiente (cortada en ramilletes pequeños) – 10 minutos a 180 grados
  • Salmón “a la plancha” – 10 minutos a 200 grados, con la piel pegada a la freidora, y precalentando antes 10 minutos
  • Falafel – 15 minutos a 180 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Tofu marinado y crujiente – 10 minutos a 200 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Rollitos primavera – 6 minutos a 200 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Palitos de calabacín con rebozado de parmesano – 10 minutos a 200 grados (darles la vuelta a mitad)
  • Croquetas – 10 minutos a 170 grados, habiendo precalentado antes 10 minutos a esa temperatura
  • Tostar frutos secos – NO HACE FALTA PONERLES ACEITE – 180 grados y el tiempo depende del fruto seco, aunque de media unos 8 min; remover pasada la mitad del tiempo
  • Madgalenas pequeñas (minimuffins) – NO HACE FALTA PONERLES ACEITE – 15 minutos a 180 grados (mejor, precalentando 5 minutillos a esa temperatura)
  • Avena horneada (tipo porridge pero que suele dar más pereza ya que requiere un largo rato de horno, que por las mañanas no solemos tener) – NO HACE FALTA PONERLES ACEITE – 8 minutos a 200 grados.

Esto es todo! Espero que os haya sido útil el post para decidiros a comprar una o no, y a los que ya la tenéis, para daros más ideas de uso!!!

Pan de vino, pasas y nueces

Muy buenos días queridos lectores!

Estas Navidades pasamos muchos días en España en casa de mis padres, y me propuse darnos muchos caprichitos gourmet dado que íbamos a pasar en casa casi todas las comidas… Uno de ellos fue con el pan. Como, según mi madre, “su horno no es muy allá”, en vez de hacer el pan en casa investigué panaderías artesanales en las que comprar pan de calidad. Encontré Levadura Madre, una franquicia que está creciendo como la espuma y no me extraña porque lo que venden está realmente rico… No es barato, una hogaza te sale por casi 5 euros, pero como entenderéis después con mi párrafo nutricional, si reducimos el consumo al final nuestro gasto en pan es el mismo y nuestra salud mejora 🙂 .

El pan que más nos gustó de los que probamos (y repetimos varias veces) fue uno hecho con vino (en vez de agua!), y que tenía dentro nueces y pasas. Una delicia que enseguida empecé a investigar y descubrí que tienen la receta publicada!!!

Así que me puse a hacerla en casa (adaptándola a lo que disponemos en una cocina doméstica, evidentemente) y me salió ESTA MARAVILLA que os animo a hacer ya mismo!

Paréntesis nutricional. Desde que estudié Nutrición entendí muchas cosas sobre el pan, que me gustaría compartir:

  • Se trata de un alimento que representa el 12% de las calorías diarias ingeridas por el español medio (una barbaridad, es el primer alimento en la lista, siendo las legumbres un 2% por ejemplo). Ya que comemos tanto pan (debajo hablo sobre eso), deberíamos plantearnos su calidad!
  • El mejor pan a nivel nutricional es el que está hecho con harina 100% integral (poco importa que sea casero o comprado, e incluso el cereal del que proceda la harina), y ya si lo hacemos con masa madre pues mejor, pero sobre todo lo importante es la harina y que no tenga más ingredientes que ella, agua, levadura y sal (y alguna cosa más tipo semillas, frutos secos o fruta desecada, si queremos).
  • Aun así, tenemos que tener en cuenta de que no se trata de un alimento especialmente nutritivo para las calorías que aporta, por lo que lo adecuado sería reducir su consumo a 2 rebanadas diarias, como mucho. Esto puede resultar complicado en una casa española tradicional, en la que se desayunan tostadas, se acompañan comidas y cenas con pan, y se meriendan bocadillos, pero la realidad es la que es, y se trata de una mera costumbre que no se da en otros países…

Me callo ya y os doy la receta!!!

Ingredientes:

  • 500 gr de harina (la que queráis; nutricionalmente son mejores las integrales, personalmente me gusta poner mitad alguna integral – como la de centeno – mitad harina normal o de fuerza)
  • 250 ml de vino tinto
  • 250 ml de agua
  • 6 gr de levadura de panadería seca (o 20 si es fresca) – recordad que NO es la levadura tipo royal de los bizcochos
  • 2-3 punados de pasas (podrían ser orejones, dátiles o ciruelas, si prefirieseis)
  • Unas cuantas nueces (6 por ejemplo)
  • 1 cucharadita de sal

Preparación:

Comenzamos poniendo en un cazo el vino y las pasas. Encendemos el fuego al máximo y dejamos que hierva 10 minutillos aprox, con el doble fin de que se evapore el alcohol y de que se rehidraten las pasas.

Una vez pasado ese tiempo, retiramos las pasas (las pasamos a un cuenquito para usarlas después) y pesamos el vino escurrido (sin las pasas), que normalmente se habrá reducido a 150 ml/gr. Debemos comprobarlo pesándolo, ya que en total entre agua y vino debemos tener 400 ml de líquido. Las pasas las reservamos de momento.

Pasamos a un cuenco grande o a la thermomix el vino (caliente) y el agua (fría del grifo) en la cantidad indicada y los mezclamos con la levadura hasta que se disuelva bien (en thermomix, 15 segundos a velocidad 4).

Agregamos la harina y la sal y amasamos muuuuy bien con las manos o con thermomix (4 minutos, vaso cerrado, velocidad espiga).

Por último añadimos las pasas y nueces y volvemos a amasar. Si estamos con thermomix, las añadimos durante el último minuto de amasado.

Ahora el procedimiento es distinto en función de cómo vayamos a cocinar el pan:

  • Con Crockpot:
    • Ponemos la masa (inmanejable, no os asustéis) en la Crockpot y espolvoreamos harina/copos de avena por encima (opcional, es para darle el aspecto de la foto jeje).
    • Dejamos que se cocine 2 horas en Alta, poniendo un paño de cocina pillado debajo de la tapa (para que absorba el vapor generado y no nos quede un pan mojadillo).
    • Opcionalmente, si queréis que tenga una buena corteza crujiente, podéis ponerle los últimos 15 minutos en el horno a máxima temperatura/grill, dentro de la propia Crockpot.

  • Sin Crockpot:
    • Tapamos el cuenco donde esté la masa con un paño de cocina y lo dejamos sin hacer nada durante 2 horas. OJO: si es invierno, o recomiendo dejarla cerca de un radiador (tampoco muy muy caliente, solo para que no esté fría del todo). Este tiempo de 2 horas es necesario para que se produzca la fermentación y el pan tenga miga esponjosa. Si lo paramos antes o si no lo hiciésemos, el pan seria compacto y nos decepcionaría el resultado, pero como queráis! 🙂
    • Cuando falten 5 minutos para terminar las 2 horas, precalentamos el horno con calor arriba y abajo a 220 grados.
    • Pasadas las 2 horas, engrasamos el molde que vayamos a usar para hornear (puede ser uno de bizcochos, o el de lekue especial para panes) con un poco de aceite de oliva.
    • Colocamos la masa (que habrá duplicado su tamaño) en el molde. Si queréis, podéis espolvorear un poco de harina por encima y hacer unos cortes con un cuchillo para darle aspecto de pan, pero insisto que esto solamente afecta al aspecto jeje.
    • Introducimos el molde dentro del horno y dejamos:
      • 30 min a la temperatura de precalentado
      • 30 min a 180 grados.
    • Os recomiendo que os pongáis una alarma para acordaros de este cambio. La razón del cambio es que con los primeros 30min conseguiremos la corteza crujiente y con los 30 últimos se hará la miga esponjosa…

 


Bonus: CONSEJILLOS EXTRA

➡ No debemos cortarlo hasta que esté lo suficientemente frio como para poder manipularlo sin quemarnos en absoluto (mínimo 15 minutos). No os precipitéis, ya que ese reposo termina de cocer el pan y además puede sentaros mal al estómago!

➡ Dura tierno 4 días aproximadamente.

➡ Suelo guardarlo en la nevera cortado en rebanadas dentro de una bolsa de tela. También podéis guardarlo entero y/o dejarlo fuera de la nevera.

➡ Podéis congelarlo cortado en rebanadas. De este modo, cuando queráis emplearlo solo habrá que sacar la rebanada y ponerla al tostador directamente!

Pastel de puerros, repollo y bacon

POST REEDITADO

Hola amigos!

Este pastel lo publiqué hace ya casi dos años y desde entonces lo hemos preparado un montón de veces… Podría decir que es mi salvación para terminar con los interminables repollos, sobre todo teniendo en cuenta que mi marido no soporta el repollo y ADORA este pastel!

Aparte de chiflar en mi casa, sois muchos los que me escribís diciendo que habéis hecho esta receta y que os ha encantado. Y es que es verdaderamente sorprendente la combinación del repollo, el puerro y el bacon, nunca dirías que quedarían tan absolutamente deliciosos juntos! Y además gusta tanto frío tipo quiche con ensalada, como caliente con arroz y tomate frito.

La receta de este pastel la vi en el blog de El Comidista, no me voy a atribuir un mérito que es tooodo suyo!

Espero que os guste!!!

Ingredientes (4-6 raciones):

  • un cuarto de repollo
  • 1 paquetito de bacon (100 gr aprox, mejor en taquitos para evitarnos cortarlo)
  • 1 puerro (sustituible por cebolla)
  • 4-5 huevos
  • 150 ml de leche
  • media cucharadita de sal (ojo, el bacon es muy salado)
  • pimienta
  • aceite de oliva
  • Para acompañar: arroz blanco con tomate frito para una versión caliente; ensalada sencilla para una versión fría

Preparación:

Comenzamos lavando el repollo y cortándolo muy pequeñito con un cuchillo grande. Lo cocemos al vapor (en un estuche de microondas, 8 minutos) o en abundante agua hirviendo (15 minutos). Escurrimos bien si lo hemos cocido en agua.

Vamos precalentando a 180ºC con calor arriba y abajo.

Picamos el bacon (si no venía ya así) y lo doramos ligeramente en una sartén muy caliente (no hace falta poner aceite, veréis que la grasilla del bacon es suficiente para que no se pegue nada).

Cortamos el puerro/cebolla a lo largo, lo lavamos bien (tiene tierra seguro!) y lo cortamos también muy pequeñito. Lo incorporamos a la sartén del bacon junto con un hilillo de aceite, y dejamos que se poche un poco, 8 minutos tapadito.

En un bol grande batimos los huevos con la leche, la pizca de sal y la pimenta negra (podéis ser generosos con ésta). Cuando esté listo el puerro+bacon, lo agregamos a ese cuenco y el repollo también.

Volcamos esta mezcla en el molde que vayamos a emplear. Os recomiendo forrar el molde con papel de horno, de esta forma desmoldarlo será coser y cantar 🙂 .

Metemos el pastel en el horno unos 40 minutos. Cuando al pincharlo con un cuchillo salga limpio, está listo. En caso contrario, lo dejamos un ratito más hasta que lo esté.

Dejamos enfriar antes de desmoldarlo (luego podemos comerlo frio o caliente, la espera es solo para evitar que se rompa!) y servimos con un poco de buen tomate frito, mayonesa, o simplemente junto a una ensalada sencilla.

➡ Se conserva en la nevera perfectamente 4 días. Estos pasteles no quedan bien descongelados /(en cuanto a textura).

Gelatina de tomate

Muy buenos días querid@s lector@s!!!

Hoy os traigo una receta nivel estrella Michelin, pero que podéis hacer en casa con ingredientes MUY básicos, es más fácil imposible.

Estoy particularmente orgullosa de ella, ya que me la he inventado yo solita y me consta que es una de las cosas que sirven “esferificadas” en muchos restaurantes con estrella Michelin.

Se me ocurrió al preparar tomate frito en conserva, para lo cual hay que “desaguar” los tomates frescos previamente, y pensé que seguro que se podía aprovechar ese agua en lugar de tirarla, y voilà!

Y con qué se toma esto? Pues igual que un tomate, es decir, por ejemplo en modo ensalada con mozzarella o burrata, rúcula y aguacate; otra opción riquísima es con bonito/atún/melva de calidad y una tostada… También puede acompañar una carne fría tipo fiambre, carpaccio o roast beef…

Vamos allá!!!

Ingredientes (para una gelatina grandecita, como acompañamiento para 6 raciones):

  • 500 gr/ml de agua de tomate (se obtiene sencillamente de estrujar tomates con las manos sobre un cuenco grande) o de tomate natural muy bien triturado con la batidora
  • 6 hojas de gelatina (si la hacéis con gelatina en polvo o con agar agar, seguid las proporciones líquido-gelatina que os indique el envase)
  • 1 cucharada sopera de aceite de oliva
  • media cucharadita de sal
  • orégano seco al gusto
  • ajo seco en polvo al gusto (opcional pero para mí gusto le da un toque delicioso)

Preparación:

Hidratamos la gelatina dejándola en un cuenco con agua a temperatura ambiente. Con un par de minutos es suficiente.

Mientras, extraemos el agua de tomate o trituramos el tomate (ver indicaciones en el listado de ingredientes) y lo calentamos 1 minuto en el microondas. Ojo, NO queremos que hierva ni mucho menos, simplemente que esté templado-calentito para que la gelatina se disuelva bien.

Una vez caliente, agregamos los demás ingredientes del listado, incluida la gelatina ya hidratada. Removemos bien con un tenedor hasta que desaparezca la gelatina.

Pasamos esta mezcla al molde que vayamos a usar. Os recomiendo hacerlo en moldes de magdalenas o en un tupper bajito, ya que es muy frágil al desmoldarla y se rompe con facilidad (en la foto veis que yo utilice un tupper alto, y se me rompió entera…).

Metemos tapada en la nevera y dejamos solidificar. En 4-6 horas estará cuajada y lista para disfrutar!

➡ Ver arriba sugerencias para comer esta delicia.

 

 

Cómo hacer conservas caseras

Muy buenos días!

Me hace mucha ilusión compartir este post con vosotr@s, ya que es información recién aprendida para mí. Hasta hace poco, cuando cocinaba gran cantidad de tomate frito para el invierno, lo congelaba y listo, pero es cierto que muchas veces me daba rabia tener que haberme acordado/previsto descongelarlo para utilizarlo, y ademas me ocupaba mucho espacio en el congelador…

Total, que me puse a investigar en internet y me encontré con una enorme cantidad de métodos y trucos contradictorios entre sí… Total, que vengo a traeros un método sencillo y seguro para hacer vuestras conservas en casa.

IMPORTANTE: antes de empezar, una precision. Este método sirve para salsa de tomate y para mermeladas tradicionales (de las que llevan azúcar y limón – NO es el caso de las que publico en este blog). No puedo por tanto asegurar su seguridad (que no os cojáis una intoxicación) con otras preparaciones vegetales, carnes guisadas o con pescados tipo atún, ya que el método de conservación a seguir es distinto en función el PH del producto que envasamos. Si lo que queréis conservar son cosas distintas a tomate frito o mermeladas tradicionales, os recomiendo que busquéis en internet o libros cómo hacerlo.

Primer paso: elección/adquisición de los botes y tapas

Podemos hacer conservas:

  1. reutilizando botes de cristal que tengamos por casa: en este caso es importante estar seguros de que en su día los abrimos «a mano», no haciendo palanca o deformando la tapa (de lo contrario entraría aire y arruinaría la conserva).
  2. con botes o tapas nuevos: es la opción más segura aunque implica comprar.
    • podemos hacerlas con botes y tapas nuevos (que podemos comprar en cualquier hipermercado, en unos chinos o en tiendas online como ésta que es suuuper barata 
    • o bien reutilizando los botes pero comprando tapas nuevas (que venden en los mismos sitios anteriores).

En el mercado encontraréis distintos tipos de tapas. Os cuento las más habituales:

  • Las tapas más frecuentes (la que se nos viene a la mente si pensamos en una tapa jejeje) son las que se llaman “de botón”, que son las que tienen una especie de bultito en la superficie. La finalidad de ese “bultito” es indicarnos si hemos hecho bien el vacío o no, luego os cuento. Es el tipo de tapa que os recomiendo.

  • Otro tipo de tapas son las planas, que no tienen bultito. En mi caso, los botes que veis en la foto son de este tipo, luego os cuento la forma de saber si se ha hecho el vacío en ambos tipos de bote.

  • Otra opción, la más «pro», segura y bonita (también son bastante más caros), es comprar tarros premium, de las marcas Weck o Le Parfait. Tienen la ventaja de que se pueden reutilizar muchísimas veces y además por su formato con goma y clip nos garantizan 100% saber si ha tenido éxito nuestro proceso de conservación. Os dejo el link de amazon.

Segundo paso: cocinar

Os dejo la receta de la salsa de tomate o tomate frito. Podéis añadir ajo, cebolla y/o las especias que os gusten.

Tercer paso: rellenar los botes

Antes de rellenar los botes, aseguraos de lo siguiente:

  • Los botes están perfectamente limpios (de lavavajillas). Cualquier suciedad puede arruinar nuestra conserva y volverla peligrosa. Si los acabáis de comprar, en principio no hace falta lavarlos, con el hervido que haremos una vez rellenos será suficiente.
  • El relleno debe estar muy muy caliente (recién hecho o recién recalentado, pero muy caliente).

Ahora ponemos una cucharita dentro del bote a rellenar (esto impedirá que estalle el bote por la diferencia de temperatura) y rellenamos los botes vertiendo en ellos directamente lo que queramos, con cuidado de no manchar los bordes (si los manchamos, los limpiamos con un papel) y dejando un espacio de 2 dedos máximo sin rellenar (1,5 cm, esto es importante).

Cerramos los botes con la mano (con una fuerza razonable, sin pasarse).

Cuarto paso: baño maría

En la olla más grande que tengamos, ponemos un trapo de cocina cubriendo la base y los laterales de la olla. Colocamos los botes encima (en la mía caben 4 botes de 350 ml) en vertical y llenamos de agua hasta cubrir 3 dedos por encima los botes.

 

Tapamos la olla, ponemos a calentar el agua y dejamos hervir a fuego medio 30 minutos. Si vuestros botes son notablemente más grandes o más pequeños que los míos, ajustad el tiempo 10 minutos arriba o abajo.

Separamos la olla del fuego y esperamos a que se temple el agua antes de sacar los botes (de nuevo, para evitar cambios bruscos de temperatura que puedan hacer estallar los botes).

Quinto paso: dejar que se haga el vacío

Una vez que los botes estén templados, los sacamos de la olla y los dejamos reposar en vertical en una mesa, sin tocar, entre 8 y 12 horas. Durante ese tiempo se producirá el vacío sin que hagamos nada más.

Sexto paso: comprobar que se ha hecho el vacío

  • Si vuestra tapa es “de botón”, pulsad en el centro de la tapa con el dedo. Si veis que la podéis hundir, NO se ha hecho el vacío. Si no os permite hundirla, está bien. (Queda más claro si cogéis una conserva que tengáis en casa y un bote vacío que tengáis y hacéis vosotros la prueba, saldréis de toda duda).
  • Si vuestra tapa es plana (como las mías), debéis observar los envases a la altura de vuestros ojos y comprobar que la superficie está ligeramente curvada hacia abajo en el centro (es muy sutil). Si es así, se ha hecho el vacío. Cuando compras las tapas, son totalmente planas, no hay curvatura.
  • Si vuestros tarros son tipo Weck o Le Parfait, retirad los clips y comprobad que las tapas no se sueltan (que están fuertemente “succionadas”).

IMPORTANTE: os recomiendo que, si tenéis dudas sobre alguno de los botes, lo consumáis en unos días o lo congeléis, antes que arriesgaros a tener que tirarlo o cogeros una intoxicación!

Y ya estaría! Ahora podéis guardar vuestros botes en la despensa o en un armario al que no le de la luz. Los tendréis listos para consumir hasta 1 ano!