Buenos días amigos!
«Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo«… sabio refrán que nos permite seguir tomando ciertos platos calientes que en breve dejarán de apetecer en sitios calurosos…
Sigo con mi tanda de recetas que tenía escritas en mi libreta antes de empezar con este blog.. En este caso, esta crema fue consecuencia de uno de mis viajes familiares a La Rioja, de los cuales suelo volver cargadiiita de verduras de huerta, tantas que me las tengo que ingeniar para utilizarlas sin que se estropeen!
Es, quizá después de la crema de espárragos blancos, la crema más fácil del blog, ya que no hay que pochar cebolla ni nada!
Si no sois muy fan de la coliflor, he de deciros que ha pasado la prueba de mi marido, que no la soporta… La coliflor, al igual que las demás coles, tiene muchas propiedades beneficiosas (vitaminas a tope, fibra…). Lo malo es que su olor «característico» y una textura a veces «pasada» hace que no le gusten a todo el mundo, pero con esta receta, al ser tan suave y tener especias, seguro que le quitáis su mala prensa en casa, probad y me decís! Lo que más sorprende es su textura sedosa, es increíble!
Ingredientes (para 6 raciones):
- 1 coliflor grandecita
- leche (la que utilicéis normalmente) – luego veremos la cantidad
- agua – luego veremos la cantidad
- 2 cucharaditas de sal ó 1 pastilla de caldo (sin grasa de palma/potenciadores)
- aceite de oliva
- especias (2 cucharaditas): curry o, si lo preferís, nuez moscada