Sorbete de frambuesas (o smoothie bowl helado)

Muy buenos días amigos!

Os prometo que la foto que encabeza este post no lleva filtros!!! Tal cual salió de la batidora, y su aspecto es un fiel reflejo de su sabor…

Lo preparé para desayunar un día que tenía ganas de smoothie bowl (de los espesos que son “de cuchara”), pero al mezclar todos los ingredientes congelados el resultado fue más parecido a un sorbete/helado que a un smoothie. Podéis, por tanto, prepararlo como una cosa o como la otra y sorprender a invitados 🙂 .

Hace mucho tiempo os enseñé mi súper receta de helado cremoso de mango. Y es que los helados y sorbetes NO tienen por qué ser una bomba de azucares ni grasas malas, ni tenemos por qué dejarlos para ocasiones muy puntuales si queremos llevar una vida saludable; basta con conocer recetas que nos ayuden a obtener esa cremosidad y dulzor (los 2 pilares básicos de todo helado) de manera natural. Ya os adelanto que el plátano es un gran aliado en este sentido, pero también lo son (ojo a la sorpresa) la coliflor y el calabacín congelados (no saben a nada, simplemente dan esa textura cremosa!).

Vamos allá!

Ingredientes (para 2 raciones):

  • 3 plátanos medianos maduros
  • 2 puñados de frambuesas (u otro fruto rojo) congeladas (o frescas que congelemos nosotros)
  • Opcional (si queréis que sea una pizca más líquido) – un chorrito de agua o agua de coco, o bien mirad mis recomendaciones debajo

Preparación:

Pelamos los plátanos y los troceamos en 4 cada uno. Los metemos en una bolsita de congelación y los dejamos un mínimo de 6 horas en el congelador.

➡ Si queréis que la textura sea un poco más líquida que la de un helado (tipo smoothie bowl), os recomiendo dejar uno de los plátanos sin congelar, o bien agregar (como os sugería en los ingredientes) un chorro de agua o de agua de coco.

Si las frambuesas son frescas, también las lavaremos y meteremos en el congelador junto con el plátano.

Transcurrido el tiempo de congelación, pasamos nuestros ingredientes a la batidora más potente que tengamos (thermomix hace maravillas) y trituramos a máxima potencia hasta obtener una textura cremosa como la de la foto. Quizá debáis bajar los restos que queden en las paredes de la batidora, eso lo iréis viendo sobre la marcha 🙂 .

Listo para servir!

➡ Os recomiendo triturarlo justo antes de comer o un ratito antes, ya que una vez triturado empieza a perder consistencia (se va quedando líquido) si lo metemos en la nevera o bien se endurece en exceso si lo metemos en el congelador. Aunque siempre tenemos la opción de volverlo a triturar unos segundos!

 

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