Buenos días lectores! Aquí me tenéis una semanita más 🙂 .
Algunos de vosotros recordaréis estas albóndigas… Las publiqué en 2016, y la verdad es que no había vuelto a prepararlas, qué error!!!
Hace poquito me acordé de ellas y he decidido re-publicar la receta incorporando algunas pequeñas mejoras. Esta vez he añadido un par de cucharadas de tomate frito a la salsa, y aunque os lo pongo como opcional, le dan un toque delicioso que os recomiendo probar!
La receta original la tomé prestada (como tantas otras) del blog «Hoy comemos sano«, que por cierto releyendo la antigua receta me di cuenta de que fue precisamente con ese post cuando conocí el maravilloso trabajo que realiza Inés, la autora del blog.
Os cuento todos los secretos, son fáciles pero algo laboriosas (como todas las albóndigas) y están tan ricas que sin duda vale la pena! Es un plato que podían servir perfectamente en un muy buen restaurante.
Ingredientes (para 4 personas):
Para las albóndigas:
- 400 gr de merluza u otro pescado blanco como pescadilla (puede perfectamente ser congelada, de estas bolsas que vienen muchos filetes y que suelo emplear para este tipo de recetas, pasteles de pescado…)
- 1/2 calabacín pequeño
- 1 cebolla pequeña o media cebolla grande
- 1 diente de ajo
- sal
- pimienta
- aceite de oliva
Para la salsa:
- 1 cebolla pequeña o media cebolla grande
- 2 dientes de ajo
- 1 vasito pequeño de vino blanco, jerez o similar
- 1 chorrito de agua
- opcional: 2 cucharadas soperas de tomate frito
- sal
- pimienta
- aceite de oliva
Preparación:
Comenzamos con las albóndigas.
Para ello, en una sartén ponemos un chorro de aceite y añadimos la cebolla y el ajo picados pequeñitos. Los dejamos a fuego medio 3 minutos, removiendo de vez en cuando. Salpimentamos.
Pasado ese tiempo, añadimos el calabacín pelado y cortado muy pequeñito también, y removemos. Lo dejamos todo junto, tapando de vez en cuando, unos 5 minutos más.
Agregamos la merluza, que habremos cortado pequeña con tijeras mientras se cocinaba lo anterior.
Lo dejamos a fuego suave hasta que cambie el color de la merluza, y pase de estar rosita a blanquecina.
La trituramos con una batidora hasta que quede una masa moldeable. A veces hay que añadirle pan rallado porque queda inmanejable, si os ocurre también proceded hasta que os quede manejable. Lo dejamos enfriar mientras preparamos la salsita.
Cuando la masa de albóndigas esté menos caliente y podamos manejarla, formamos bolitas con las manos. Opcionalmente podemos enharinarlas pasando cada bolita por un cuenco con harina. Ayuda a que se desmoronen menos…
En la sartén inicial ponemos un poquito más de aceite y doramos las albóndigas, sólo para sellarlas.
Retiramos las albóndigas a un platito y empezamos a preparar la salsa.
Para ello, de nuevo en la misma sartén, ponemos un chorrito de aceite y añadimos la cebolla y el ajo picados pequeñitos. Los dejamos a fuego medio 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Salpimentamos.
Agregamos el vino y subimos a fuego fuerte, para que evapore el alcohol 1 minutillo.
Después, añadimos el agua y opcionalmente el tomate frito y dejamos que hierva a fuego medio 5 minutos más, sin tapar.
A continuación trituramos la salsa.
Juntamos las albóndigas con la salsa (con cuidado, son muy frágiles!) y las dejamos reposar ya fuera del fuego.
Ya están listas para comer! Podéis tomarlas acompañadas de arroz blanco, por ejemplo. Bueníiiisimas!
5 comentarios en «Albóndigas de merluza en salsa»