Buenos días amigos!
Es curioso que después de tanto tiempo con el blog, hablando de tomate frito por aquí y por allá (lo utilizo mucho!), nunca os he puesto la receta!!! La verdad es que un 50% de las veces utilizo tomate frito comprado, ESO SÍ, siempre sin aditivos, sólo los ingredientes que figuran en la lista de debajo, como el de mercadona de receta casera. El resto de las veces utilizo mi propia salsa de tomate, que elaboro con tomate natural triturado de lata, o con tomates frescos de verano. Esta vez ha sido la segunda de las opciones la que me ha pasado, al haber pasado un fin de semana en La Rioja 🙂 .
Para hacer salsa de tomate, por tanto, podemos emplear:
a) Tomates naturales: comprados en verano, de la variedad pera o canarios, y/o siempre que podáis acceder a tomates buenos de alguna huerta…
b) Tomate (crudo) triturado en lata: en caso de no ser posible lo anterior.
Antes de pasar a daros mi receta, os comento 2 cosillas más, importantes:
- La salsa que os propongo es tomate frito sin más (ojo, espectacular), pero si queréis darle más vidilla podéis ponerle ajito, cebolla, orégano… en cuyo caso los pocharíamos 5 minutillos antes de volcar el tomate en crudo. Obtendríamos una salsa más tipo italiana, que puede encajar con algunas recetas pero no siempre (por ejemplo si queremos el tomate para un curry indio, no pega nada, pero para una pasta bolognesa o para rellenar berenjenas genial!).
- La salsa de tomate es súper sana, aunque pensemos que tiene mucho aceite o que los tomates están cocinados durante mucho tiempo. La razón es el «licopeno», un elemento anticáncer presente en los tomates que para que se absorba requiere que se disuelva en una grasa y que se cocine a altas temperaturas (por encima de 100º) –> es decir, justo lo que hacemos al preparar salsa de tomate!
Al final del post os cuento cómo conservar nuestra salsa de tomate frito.
Ingredientes (para 4 botes pequeños):
- 1,2 kg de tomates (al quitarles el agua nos quedaremos con unos 800gr netos), ó 800 gr de tomate natural triturado enlatado (no pasa nada si os pasáis)
- 60 ml de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de azúcar (esencial, para quitar acidez)
Preparación:
Antes que nada, si nos hemos decantado por utilizar tomates naturales, tenemos que hacer 3 cosas:
- En primer lugar, lavarlos muy bien.
- En segundo lugar, estrujarlos con una mano sobre el fregadero, al objeto de eliminar la mayor parte de agua que llevan dentro. Este segundo paso es ESENCIAL, ya que si no lo hacemos el tomate se cocerá en su propia agua y nunca tendremos la deseada salsa espesa… Mi pequeño «truco» es meter 8el pulgar en la base del tomate y estrujarlo por los lados para que caiga todo el líquido hacia el fregadero. Ojo, tampoco os volváis locos si queda líquido, simplemente hay que retirar el exceso pero podemos llevarnos algo de líquido y pepitas!
- Por último, triturar esta pulpa. Si vamos a emplear thermomix, trituraremos durante 15 segundos a velocidad 5. Si no, trituramos con la batidora normal hasta que sea un líquido más o menos homogéneo.
En thermomix:
Volcamos todos los ingredientes y programamos 30 minutos, a temperatura varoma y velocidad 1,5. Si fuese tomate de lata, con menos sal y 25 minutos de cocción sería suficiente.
A modo tradicional:
En una olla/cazuela ponemos el fuego a temperatura media (en mi caso, 5 de 11) y volcamos todos los ingredientes. Cuando esté empezando a hervir a borbotones, bajamos a fuego más bajo, tapamos y dejamos unos 25 minutos, removiendo de vez en cuando.
➡ Una vez que tenemos nuestra salsa (veréis que ha reducido muchíiisimo), la podemos utilizar en ese mismo momento, o bien meter en botes de cristal con tapa de rosca, de los que nos sobran al utilizar legumbres o mermeladas envasadas. OJO: al estar tan caliente la salsa, los botes pueden explotar. Para evitarlo bastará con meter una cuchara o tenedor metálico en el bote y ya lo rellenamos con la salsa sin peligro: La cucharita absorberá el calor y así evitaremos que se produzca alguna raja o se rompa el cristal.
➡ Podéis congelar esta salsa una vez que esté a temperatura ambiente, tal cual en los botecitos.
➡ Podéis conservarla en la despensa (como las salsas compradas) si hacéis una de estas 2 cosas peeeeero siempre y cuando las tapas que utilicéis en los botes sean nuevas o abiertas sin dañar. Es la razón por la que suelo congelar la salsa, ya que utilizo botes que ya tuviese en casa, abiertos con abridores, y por tanto no sirven para esto ya que los deformo y entra aire.
4 comentarios en «Tomate frito (salsa de tomate)»