Ensalada de langostinos y aguacate, con toque dulce y aliño especial

Hola lectores!

Hoy os traigo nueva ensalada, una ensalada especial para salirnos de las rutinarias y disfrutar tomando un plato tan tan sano y equilibrado.

La receta me la dio una de mis tías en la última celebración familiar que tuvimos. Me pareció deliciosa, y cuando le pregunté me contó entre risas que es muy del estilo del repertorio de «comida viejuna», del que yo había oído hablar en el blog de «El Comidista» y que os comenté en un post hace tiempo! Este apelativo hace referencia a recetas que se consideraban glamourosas hace unos cuantos años, como el cóctel de gambas servido dentro de una piña, las coronas de gelatina salada con cosas dentro como huevos duros y jamón, la tarta al whisky… El caso es que ya le dije: será viejuna y todo lo que tú quieras pero dame la receta porque está francamente buena!

Y ha llegado el día en que por fin la comparto con vosotros 🙂

Ingredientes (4 personas):

Para la ensalada:

Lechuga romana o cogollos en cantidad al gusto, 1 cogollo por persona por ejemplo
1 aguacate
1/4 cebolleta
12 langostinos cocidos, cuanto más grandes mejor aunque no es imprescindible
1/2 tomate
1/2 mango o 1 rodaja gordita de piña

Para el aliño/salsa:

100ml de aceite (puede no ser de oliva)
50ml de leche
1 pizca de sal
1 cucharadita de mostaza suave
1 chorrito de salsa perrins (opcional)
1 chorrito de kétchup
el zumo de media lima o limón

Preparación:

Vamos a poner en primer lugar, en una fuente grandecita, la lechuga bien lavada, escurrida y cortada pequeña. Sobre ella pondremos posteriormente todos los ingredientes que habremos mezclado previamente con el aliño.

Os cuento cómo debemos preparar los ingredientes:

El aguacate lo cortamos en láminas no muy gordas.
La cebolleta, súper pequeña, que sea prácticamente inapreciable.
Los langostinos, si ya vienen cocidos simplemente los agregamos tal cual, sin trocear. Si hay que cocerlos lo haremos en agua hirviendo con sal unos 5 minutos.
El tomate lo añadimos picado en cuadraditos, al igual que el mango o piña.

Pasamos a preparar la salsa aparte. Simplemente batimos con la batidora todos los ingredientes indicados para la salsa. Es una especie de salsa rosa, sin huevo y algo más suave.

En el bol donde hubiésemos echado todos los ingredientes cortaditos, agregamos la salsa, y mezclamos bien para que todo se impregne adecuadamente.

Ahora ya podemos servir la ensalada. Podemos hacerlo bien en una fuente con la lechuga debajo y la mezcla encima, o bien en vasitos individuales, que queda con unos colores muy bonitos!

➡ La presentación de ensaladas en vasitos la recomiendo cuando vayamos a poner aliñados los ingredientes, como en este caso. En ocasiones me han servido una ensalada en vasitos o incluso tarritos, y me las he visto y deseado para aliñarla sin que se me saliese todo por fuera o se me quedara lo de debajo seco…

➡ Si queréis podéis dejar esta ensalada preparada con antelación, eso sí, sin mezclar con la salsa. Es una máxima para el éxito de las ensaladas: aliñarlas en el instante de su consumición. Y si es para llevar al trabajo, lo que hago desde hace tiempo (y os recomiendo) es llevarme el aliño o salsa ya hecho pero en un botecito pequeño (lo compré en el Corte Inglés, los venden de 4 en 4 y están genial porque no se sale nada por fuera y no son caros!). Cuando me lo voy a comer lo agito y se lo pongo por encima a la ensalada en cuestión.