Hola lectores!
Como en otras ocasiones, re-publico receta, esta vez es de hace un par de años… No es que me esté quedando sin ideas, para nada! Simplemente me gusta recordaros algunas de mis recetas favoritas y que suelo repetir con frecuencia en casa, para que no caigan en vuestro olvido y por supuesto para darles un toque de mejora.
Vayamos al grano… Como buena española que soy, ADORO la tortilla de patata, es algo que pido siempre que voy a España de visita. No obstante, en casa solemos hacerla siguiendo el método «aligerado» que hoy os presento. Si no lo conocéis, os va a alucinar! Las diferencias entre la receta de hoy y la clásica son:
- Que en lugar de freír las patatas las vamos a hacer en el microondas. Sí, como lo oís, no sólo es posible sino que no se nota absolutamente nada en el sabor final de la tortilla… Es, por tanto, más ligera, se tarda mucho menos tiempo en hacer y no se desperdicia aceite!
- Por otro lado, vamos a poner mitad patata mitad calabacín, que le da un toque de sabor y textura riquísimo, aparte de que el calabacín tiene propiedades nutricionales muy interesantes! No obstante, si no tenéis calabacines o patatas en casa o queréis hacer la tortilla entera de una de las dos cosas, simplemente duplicad cantidades!
Vamos allá!
Ingredientes (sale una tortilla gordita de sartén mediana, para 3 raciones de plato único):
- 5-6 huevos (cuanto más camperos – códigos 0 ó 1 – más sabrosos serán)
- 1 calabacín pequeño
- 1 patata grande (ó 2 pequeñas)
- 1 cebolla pequeña (ó media grande) – podéis suprimirla, pero para mi gusto le da un toque buenísimo
- 1 cucharadita de sal
- pimienta negra
- aceite de oliva
Preparación:
Antes de empezar, os advierto que pueden parecer muchas instrucciones, pero realmente es facilísimo y rápido, simplemente os doy indicaciones detalladas para aseguraros éxito total! 😉
Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas lo más finas posible, idealmente con mandolina.
Las ponemos en un recipiente apto para microondas (*), cerramos o tapamos con papel film y programamos 4 minutos.
(*) Lo ideal es que sea tipo estuche de vapor (lekue, como este del que os he hablado tantas veces por el gran uso que le doy!). En ese caso pondremos un chorrito de agua en la base para que se genere el vapor.
Mientras se cocinan las patatas cortamos también la cebolla y el calabacín en rodajas lo más finas posible.
Ahora llega el momento de elegir la sartén, ya que solo emplearemos una «para todo»:
- esencial que sea antiadherente, vale la pena tener una así para estos menesteres… os recomiendo las de la marca Bra por relación calidad-precio (materiales no perjudiciales, duran mucho, no se pegan nada…)
- os recomiendo las de tamaño mediano para evitar los inconvenientes que os indico en los 2 puntitos siguientes, y si somos más en casa os recomiendo hacer 2 tortillas en vez de una enorme, tardáis casi lo mismo porque la única diferencia sera que habrá que cuajar 2 al final de todo el proceso…
- si la sartén es demasiado pequeña, nos quedará demasiado gruesa y cruda, o quizás ni nos quepa todo,
- si es demasiado grande, quedará fina, seca y además sera difícil darle la vuelta.
Calentamos un chorrito de aceite a fuego medio-fuerte en nuestra sartén y ponemos a pochar la cebolla durante 5 minutos.
Incorporamos entonces el calabacín, ponemos un poco más de aceite si vemos que lo necesita y 1 cucharadita de sal. Dejamos así 3 minutos dando alguna vuelta y tapamos la sartén para ayudar a que se cocine otros 5 minutos más. (Cuanto más tiempo lo dejemos más sabroso estará, pero si tenéis prisa podéis parar antes!)
Batimos muy bien los huevos en un cuenco grande y añadimos sal y pimienta negra al gusto.
Cuando tengamos las patatas y la cebolla+calabacín listos, los volcamos en el cuenco del huevo y removemos mientras aplastamos para que todo quede bien impregnado, sin que llegue a ser un puré pero tampoco con trozos grandes.
Ya estamos listos para cuajar nuestra tortilla! A mí me gusta jugosa por dentro, y mis instrucciones son para lograr ese punto, pero si os gusta cuajada por dentro simplemente dejadla algo más de tiempo a fuego más bajo.
La tarea de darle la vuelta suele dar miedo, pero es cuestión de cogerle el tranquillo utilizando los «instrumentos» que veamos que nos funcionan, y haciéndolo sobre alguna superficie sobre la que no haya nada que nos importe manchar (suele caerse algo). Vamos allá con un paso a paso:
- Tomamos la misma sartén donde habíamos hecho la cebolla+calabacín sin necesidad de limpiarla, ponemos un hilillo de aceite (lo justo para engrasarla) y calentamos a fuego fuerte.
- Cuando este muy caliente, bajamos una pizca el fuego, volcamos la mezcla del cuenco y la dejamos 1 minuto.
- Cogemos un plato llano que sea como mínimo del tamaño de la sartén (o la típica tapa especial para tortillas – NO sirve la tapa de una sartén porque tiene bordes salientes), lo ponemos sobre la sartén y le damos la vuelta sobre el plato, con cuidado ya que pesa.
- Con habilidad y con la intención de cuajar el otro lado, volvemos a poner la tortilla en la sartén (que quede el lado crudo en el fondo de la sartén, evidentemente) y dejamos otro minuto.
➡ OJO, cada fuego es un mundo, de modo que si sabéis que vuestro fuego es muy fuerte o muy suave modulad los tiempos para que no quede quemada en la superficie!
Ponemos enseguida la tortilla en un plato, y ya esta lista para servir! Ya sea en frío o en caliente, esta increible!!!
➡ Me gusta acompañarla de una ensalada sencilla tipo espinaca/canónigo, cebolleta y tomate, el toque fresquito me parece que combina genial!
Que buena pinta!!! Como me gustan platos para los que no tenemos mucho tiempo!!
Muack!!!!
Me gustaMe gusta
Una duda: la cebolla y el calabacín no se pueden hacer también en el estuche? Lo digo por agilidad e incluso se utiliza menos aceite. Gracias 🙂
Me gustaMe gusta
Hacer la cebolla y calabacín en la sartén hace que la tortilla sepa más a la tortilla tradicional, en el estuche sabrá más a verdura cocida… pero poder se puede! Si lo pruebas nos dices!
Me gustaMe gusta