Helado de vainilla

Hola querid@s!

Con este tiempo veraniego, un año más nos vuelven a apetecer heladitos de postre, de merienda…

Como os comenté el verano pasado (en mi post del helado de pistacho), hace algún tiempo asistí a un curso de helados saludables* y me encantó! Entendí qué ingredientes deben tener los helados para tener la textura y sabor adecuados y el porqué, así como el proceso de fabricación en sí. Gracias a ello ahora puedo aplicar esos conocimientos creando delicias como la de hoy (y otras que tengo caaasi listas)!

Para este helado de vainilla me apoyé además en una receta de Beatriz Moliz. Lo podéis tomar acompañando postres tipo tarta de manzana o pastel de chocolate, oooo tal cual él solito y con un puñadito de nueces y dátiles troceados por encima (esto último es un manjar nivel pecado!).

Como veréis debajo, los ingredientes son muy sencillos y el procedimiento también, os propongo las 3 formas que existen de hacer helados en casa, en función del material que tengáis.

Espero que os guste!!!

(*) Los helados que solemos encontrar en los supermercados (sean de marca blanca o no) suelen ser una mezcla de grasas poco recomendables, aditivos y azucares, y una parte diminuta del ingrediente por el que te venden el helado (ejemplo de una marca conocida: helado de vainilla: 0,08% de vainilla). 

Ingredientes (para 4 raciones modestas – ojo, sacia mucho):

  • 1 lata de leche de coco (400 ml) – creedme, el helado NO sabe a coco
  • 2 cucharadas soperas de mantequilla de anacardos (puedes poner de otro fruto seco, pero en este caso sugiero anacardo para que no enmascare el sabor de la vainilla; también puedes emplear anacardos previamente remojados en agua 4 horas)
  • 80 gr de dátiles (peso sin el hueso; si son medjool son 3-4 dátiles)
  • 1 vaina de vainilla (entera, con el palito y todo; si no tenéis podéis utilizar vainilla pura en polvo o bien esencia)

Preparación:

Trituramos primero la vaina de vainilla junto con la leche de coco para asegurarnos de que no quedan trocitos (la textura de la vaina no es agradable).

Incorporamos los restantes ingredientes y trituramos de nuevo (en thermomix, aprox 15 segundos a velocidad 10). Fijaos que no queden grumos.

Vertemos esta mezcla en bandejitas de las de hacer cubitos de hielo (o bien en moldes de magdalena de silicona, sin llenarlos mucho) y metemos en el congelador por lo menos 4 horas.

 

Cuando vayamos a comer nuestro delicioso helado (NO ANTES), trituramos los cubitos, y listo para servir!

➡ Si os sobra, podéis congelarlo de nuevo, pero recordad triturarlo antes de servir para que quede verdaderamente cremoso!

➡ Lo podéis tomar acompañando postres tipo tarta de manzana o pastel de chocolate, o tal cual con un puñadito de nueces y dátiles troceados por encima

He estado un año sin comprar, y estas son mis conclusiones

Muy buenos días queridos lectores.

Tenía muchas ganas de escribir sobre esto, ya que a lo tonto llevo un año viviendo esta experiencia y sin contarlo demasiado – ni siquiera en mi entorno cercano. Tanto cuando empecé como hasta estos días, no me había planteado si compartiría mi experiencia, pero creo que puede resultar de interés para much@s, de modo que aquí me tenéis!

Me dejo de rodeos y paso a contaros el origen de esta decisión, cómo lo he hecho y de qué me ha servido.

Por qué un año sin comprar?

En junio del verano pasado viajé a Madrid de visita (ay, dónde quedaron aquellas épocas en que volar un fin de semana era posible y responsable…). Cuando estaba deshaciendo mi maleta, mi madre dijo sin ninguna intención en especial: “vaya, todo lo que te has traído es nuevo!”. La verdad es que dije “ah, sí?” y me fui a cenar con mis amigas con el runrún en la cabeza.

Y es que resultaba que ese mismo mes mi empresa se había mudado a una nueva zona, en la que hay un centro comercial. Pasamos de estar en un polígono industrial a tener al lado miles de tiendas que, hasta entonces, echaba muchísimo de menos ya que en Luxemburgo no existían. Me paré a pensar en lo que me había dicho mi madre y me di cuenta de que me pasaba por el centro con mucha frecuencia, prácticamente cada día. De todo tipo de calidades y precios, con frecuencia compraba algo, ya fuese un camisón, un traje de baño, un esmalte de uñas o unas sandalias. Evidentemente ninguno de esos artículos era necesario. Ya tenía camisones, trajes de baño, esmaltes de esa misma gama de colores y sandalias, de modo que pensé: “y por qué lo estoy haciendo? qué necesidad trato de cubrir? sería capaz de no caer en la tentación durante un largo tiempo?”.

Así que decidí hacer algo similar a lo que hice con el azúcar hace un par de años: en ese caso lo dejé durante 3 meses para comprobar qué pasaba en mi cuerpo, si era adicta, si ya no lo querría más etc. No voy a entrar en los resultados de mi experiencia con el azúcar (bueno, si me lo pedís… jejeje), simplemente lo uso como introducción para contaros que así surgió la idea que motiva este post: me propuse estar un año sin comprar nada.

Lo primero que pensaréis será: sin comprar nada “nada”? “y si te lo regalan?”

La idea inicial era no comprar nada de ropa, que era en lo que veía que me estaba excediendo. Pero poco a poco me di cuenta de que realmente lo que tenía era el hábito de comprar por impulso en general (ropa, cosméticos, libros, decoración, menaje de cocina, apps)… El proceso mental era el siguiente: veo algo > me gusta > estoy conforme con su precio > me lo compro. En ese proceso no entraba el planteamiento “tengo algo parecido o que me haga un papel similar? está justificado desde el punto de vista de responsabilidad medioambiental (os remito a mi post sobre zero waste) que me compre esto? tengo espacio para guardarlo? estoy dispuest@ a mantenerlo?”. Total, que lo que empecé como «nada de ropa» al final lo extendí a casi todo. Y digo “casi” porque alguna cosa sí que he comprado, fundamentalmente libros y cosméticos necesarios (de lo demás no), pero lo verdaderamente importante es que he logrado incluir en mi mente antes de comprar cualquier cosa esas preguntas que mencionaba antes.

El tema “y si te lo regalan?” no ha sido del todo fácil de gestionar. Con mi marido, cuando era ocasión de regalar, sabiendo que estaba “en mi temporada sin comprar nada” se decantaba más por regalarme servicios (por ejemplo, la suscripción a mi centro de yoga, una escapada de fin de semana, un tratamiento facial…) o, en muuuuy contadas ocasiones, alguna cosa material como los airpods. En el caso del resto de personas de mi alrededor, no he puesto restricciones ya que me parecía de mal gusto, así que sí que he tenido oportunidad de estrenar algunas cositas de ropa y artilugios de cocina chulos como el aeroccino (espumador de leche) y la Crockpot.

Qué he echado de menos

La verdad es que el plan en sí de “ir de compras” me encantaba, ya fuese sola o acompañada, y me hace mucha ilusión volver a retomarlo, aunque sé que en adelante va a ser más ir de tiendas que de compras, porque esas preguntitas mentales no se me van a ir!

Hay caprichitos de ropa y de decoración que me han tentado mucho cuando los he ido viendo en fotos o en gente (por qué Zara Home ha tenido que hacer una colección taaan bonita justo este año? jejeje). Mis ganas casi enfermizas de comprarme cuencos bonitos y demás menaje para las fotos del blog no han desaparecido. Viajar y no ir a ciertas tiendas que sabes que son más baratas que en tu ciudad da cierta rabia. He tenido muchas ganas de cocinar mis propios gofres y donuts caseros, para los que necesitas un cacharrito especial.

Pero en general la parte impulsiva se me fue a los 2 meses, después el hábito ya estaba instaurado. De hecho, cuando me preguntan “qué harás cuando finalice tu reto” siempre contesto que nada en especial, no tengo de verdad unas ganas tremendas de ir de compras y arrasar, si veo algo que cumple con mis preguntas que os he dicho arriba entonces lo compraré, y si no pues no!

Qué he sacado en claro

Lo resumo en 5 puntos:

  • Sobreabundancia – much@s tenemos una cantidad excesiva y absurda “de todo”. Al principio pensé que quizá mi forma de vestir se iba a ver resentida, que se iba a «notar» que repetía ropa en la oficina, y estupideces por el estilo. Pues bien, me da hasta vergüenza decirlo pero creo que apenas he repetido “modelito” en este periodo. Al final, con los cambios de estación tienes muchas prendas y, si cuidas tu ropa, dura varios años y se va acumulando, de manera que al final no es tan descabellado que en la actualidad una persona en sus 30 tenga una cantidad desmesurada de modelitos.
  • Tiempo – me he dado cuenta de la cantidad de tiempo que dedicaba (no sé si decir “perdía”) en ir de compras. Poniendo la vista atrás y sin que haya sido algo consciente o planificado, creo que ese tiempo lo he dedicado a hacer ejercicio, estudiarme la certificación que estaba estudiando y quedar con gente.
  • Dinero – en general haciendo un consumo consciente se evitan grandes gastos, un excedente que puedes emplear para ahorrar o para dedicar a algo más productivo o generoso. Personalmente, a lo largo de este año he notado que mi capacidad disponible a final de mes era mayor – si bien no he notado un ahorro espectacular, esto seguramente sea porque lo he empleado en otras cosas.
  • Hábito e impulso – me he dado cuenta de la cantidad de compras por impulso que se hacen (tener paypal y apps como amazon es un peligro que hay que saber manejar jejeje), y de que esto es un hábito de lo más instaurado para mucha gente. Y el problema de esto es que en cada acción de compra hay un impacto medioambiental que no podemos ignorar, porque (como os detallaba en el post de zero waste), hay que considerar el gasto de recursos y las emisiones que se producen cuando se fabrican los objetos y también cuando se desechan.
  • Apreciación de lo que ya tenía, creatividad, versatilidad – al no comprar nuevas cosas, te ves forzad@ a reparar las que ya tienes (coser, pegar), descubres nuevos usos de cosas que ya tenías, como que con tu estuche de vapor para microondas puedes hacer palomitas y no tienes que comprarte el palomitero, que con tu thermomix puedes moler café, que en lugar de comprarme una Karcher para usarla 2 veces al año podía pedírsela a una compañera…

Pero lo más importante, y con esto termino el post, esta experiencia me ha hecho comprender de verdad el dicho “no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”. No sabéis hasta qué punto es cierto y liberador no ligar tu felicidad a objetos materiales, tratar de cultivarla tú mism@ con otro tipo de estímulos y cuidando las relaciones con otras personas, no envidiar a alguien porque tenga mejor posición que tú ya que no te interesan todas esas cosas que puede adquirir!

Os agradezco de corazón que hayáis llegado a leer hasta el final; espero que os haya gustado y que, quién sabe, os inspire o anime a incorporar las mencionadas preguntitas antes de comprar cualquier cosa:

  • tengo algo parecido o que me haga un papel similar?
  • está justificado desde el punto de vista de responsabilidad medioambiental que me compre esto?
  • tengo espacio para guardarlo?
  • estoy dispuest@ a mantenerlo?

Salsa holandesa para huevos benedict (saludable y segura!)

Hola lector@s!!!

Os gustan los brunch? A mi me entusiasman que no os podéis imaginar! Más allá de las horas en que se supone que se toman (que me salto a mi antojo 😂), me gustan por los platos que se suelen tomar en ellos, siendo mis absolutos favoritos los huevos benedict. 

Estos huevos solía dejarlos para comer fuera, ya que la salsa holandesa que los caracteriza es muy pesada (pura mantequilla y huevo) y difícil de preparar. HASTA QUE DESCUBRÍ ESTA VERSIÓN gracias una vez más a las chicas de FuturLife21.

Es increíble tanto su sabor como su textura cremosa, y lo mejor de todo es que es mucho más saludable y a prueba de salmonella (dejamos que hierva la salsa) y de almas descarriadas de la cocina (sólo hay que triturar y calentar!).

Ingredientes (para un brunch de 2-4 personas):

  • 2 huevos (sólo utilizaremos las yemas)
  • medio aguacate grande o uno entero si es pequeño
  • 15 ml de zumo de limón (aprox 1 cucharada sopera bien llena)
  • pizca de azúcar
  • pizca de cúrcuma (opcional pero le da el color amarillo típico de esta salsa)
  • pizca de sal
  • pizca de pimienta
  • 50 ml de agua (4 cucharadas soperas aprox)
  • 15 gr de mantequilla

Preparación:

Vamos a triturar todos los ingredientes excepto la mantequilla, pero ojo:

  • Del aguacate nos vamos a quedar con la parte más amarilla (la verde podemos guardarla para otra cosa, ya que si no la salsa saldría de este color!)
  • Del huevo nos vamos a quedar sólo con las yemas (las claras podemos guardarlas para hacer una tortilla, un revuelto o unas tortitas!).

En un cacito al fuego derretimos la mantequilla y a continuación agregamos la mezcla batida anterior.

Removemos con unas varillas 1 minuto para que se integre bien todo y cuando empiece a burbujear paramos – nuestra deliciosa salsa holandesa ya está lista!!!

➡ Podéis tomarla tipo brunch, con tostadas, huevo plancha/poché y salmón o jamón o bacon a la plancha. No obstante, esta salsa queda genial con pescados blancos y arroz o patata cocida!

➡ Si os sobra podéis guardarla en la nevera hasta 4 días y recalentarla sin problema.

 

 

 

Pitas de cordero con salsa de yogur

Buenos días amig@s,

La de hoy es la tercera receta que preparo del libro Simple de mi chef favorito Yotham Ottolenghi, del cual estoy absolutamente enamorada. Y, aparte de que me encantan a mí, cada vez que hago sus recetas en casa triunfan de una forma especial! Cuando estuvimos en Londres en uno de sus restaurantes, mi marido le explicaba a nuestros acompañantes que «lo bueno de este hombre es que sus recetas son súper sabrosas aún siendo sanas y llenas de verduras» jejeje. Creo que con esto queda todo dicho!

La receta de hoy consiste en unas pitas rellenas de pastelitos de cordero y una salsa de yogur que te mueres de rica. Pueden recordaros al kebab, del que en su día publiqué mi versión hecha con pollo (os dejo aquí el link).

Manos a la obra amig@s!!!

Ingredientes (para 4 raciones – 8 pastelitos, 2 por pita):

Para las hamburguesitas/pastelitos:

  • 500 gr de carne de cordero (puedes pedir al carnicero que la pique o comprar chuletas y triturarla tú en casa)
  • media cebolla (150 gr aprox)
  • 1 diente de ajo
  • 20 gr rúcula
  • un puñado generoso de frutos secos al gusto (40 gr aprox) – el autor sugiere pistachos, yo puse nueces pero servirían incluso pipas
  • 1 cucharada de aceite de oliva para la mezcla, y otras 2 para freírlas
  • media cucharadita de sal
  • pimienta al gusto
  • opcional (luego veréis en qué casos): 1 huevo

Para la salsa de yogur:

  • 1 yogur natural sin endulzar (mejor griego o skyr, para que sea más espeso)
  • zumo de 1 limón (o medio si es muy grande)
  • opcional (ingrediente que le gusta mucho al autor y que he acabado comprando, pero de verdad no es imprescindible): 1 cucharadita de zumaque – podríais poner en su lugar copos de chile

Para acompañarlas:

  • 4 pitas (opcional, podríais servirlas como un plato normal)
  • Algo para hacer ensalada: hojas verdes y cebolla (yo me lo curré y puse kale y cebolla morada marinadas en limón, aceite y sal, pero como queráis!)

Preparación:

Vamos a ir triturando todos los ingredientes por separado y poniéndolos en un cuenco. No importa el orden, y puedes hacerlo con el accesorio picador de una batidora normal, o bien con la thermomix a velocidad 6-7.

NOTA: en la foto veis un ingrediente que no está en la lista, y es que sustituí 100 gr de cordero por soja texturizada. Aunque quedaron igualmente deliciosas, no os lo recomiendo porque a nivel de textura esto hizo que fuesen más frágiles.

Mezclamos bien los ingredientes con las manos. Si veis que no hay manera de que quede una masa «que se junte», sin desmoronarse, podéis añadir un huevo batido.

Calentamos el aceite a fuego medio-fuerte en una sartén lo más amplia posible. Vamos formando hamburguesitas con la masa y las vamos pasando a la sartén (suelen caber 3 a la vez y con estas cantidades salen en total unas 8).

Las dejamos 3 minutos por un lado y 2 por el otro. Os recomiendo tapar la sartén durante esa segunda vuelta, para asegurarnos de que se cocinan bien por dentro.

Mientras, preparamos la salsa de yogur mezclando bien los ingredientes del listado. Recordad: ese ingrediente rojo que veis en la foto (llamado zumaque) NO es imprescindible.

Si vais a usar las pitas, las cortamos con cuidadito a lo largo y las tostamos en el tostador o en una sartén.

Ya estamos listos para montar nuestras pitas! Para ello:

  • Abrimos la pita
  • La untamos con la salsa
  • Ponemos la ensalada dentro
  • Y por último las hamburguesitas (recién hechas o recalentadas).

A zampar!!!

 

Almejas a la marinera

RECETA REEDITADA

Hola lectores!

Hoy os presento una riquísima receta de almejas, la más clásica y la que más me gusta!!! Es de esas que dejan una salsita que te quieres terminar a toda costa, con las propias conchas de las almejas, con cuchara o hasta con pan!

Allá vamos!

Ingredientes (para 4 raciones):

  • Una red de almejas (calculemos unas 8 almejas por persona)
  • 2-3 dientes de ajo
  • 1 ramillete de perejil (siempre tengo perejil congelado picado que venden en la zona de congelados de los supermercados, es súper útil!)
  • 1 vasito de vino blanco (lo más decente posible, podemos abrir una botella buenecilla y aprovechar para tomárnosla en la comida o cena)
  • 1 chorrito de aceite de oliva

Seguir leyendo…

Codornices estofadas

Hola amig@s!

Si os parece vamos a aprovechar esta época en la que aún apetecen guisitos, antes de que llegue la que sólo admitimos gazpachos y ensaladillas…

Encontré en mi supermercado un pack enorme de codornices con muy buena pinta y muy buen precio y no dudé que me las tenía que llevar jeje. Al llegar a casa pensé hacerlas en escabeche, pero habíamos tomado escabeche recientemente, de modo que ideé otro guiso rico que les pegase y aquí lo tenéis!

La salsa es bastante parecida a la tradicional del ossobuco, que tenéis también en este blog. Es una salsa que le va genial a toda carne, y es ligerita al estar compuesta básicamente por verduras!

Os animo a probarlas, estaban…

Ingredientes (para 4 raciones)

  •  4-6 codornices
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 2 zanahorias
  • 4 champiñones
  • 2 hojas de laurel
  • 1 vaso de vino de cocinar
  • Agua (luego vemos cantidad)
  • 1 cucharadita de sal
  • Aceite de oliva
  • Guarnición: arroz, patatas…

Preparación:

Comenzamos dorando las codornices/perdices en nuestra cazuela u olla express a fuego fuerte con un chorrito de aceite. Queremos que se doren un poco por todas partes, quedando crudas por dentro. Las retiramos a un plato para emplearlas después.

En esa misma cazuela, agregamos un poco más de aceite y pochamos la cebolla laminada y el ajo picado 5 minutos a fuego medio. Ponemos la sal también ahora.

Incorporamos los champiñones lavados y cortados en 4 y dejamos 2 minutos,

Reincorporamos las codornices, las zanahorias peladas pero enteras (luego os cuento) y el vino y ponemos a fuego fuerte 1 minuto para que se evapore el alcohol.

Para terminar agregamos 1 vaso de agua. Dejamos que se cocine todo 15 minutos (olla express) o 25 minutos (cazuela normal), en ambos casos a fuego medio.

Una vez pasado ese tiempo, trituramos con una batidora las zanahorias con parte del líquido del guiso y volvemos a poner esa cremita en la cazuela. La idea es crear una salsa bien cremosa!

Y ya tenemos nuestras codornices listas para servir!!!

Podemos acompañarlas de arroz blanco, patatas…

➡ Duran 4 días en la nevera sin problema, y congelan genial!

Pastel de chocolate para golosos de verdad (contundente pero saludable!)

Hola amig@s!

Esta receta me la vais a agradecer de por vida. Os lo aseguro. Y no, no penséis que soy una flipada, porque la receta no es mía sino del gran Chef Bosquet

Hace meses se llenaron las redes de sus donuts, que yo miraba envidiosa total, pero al no tener el molde desestimé la receta. Pues bien, recientemente vi en Instagram a gente que lo hacía en molde de corona grande, y me animé. Maaaaaadre mía!!! Es, de verdad, el pastel de chocolate mas bueno que he probado nunca, y ya sabéis que no soy especialmente fan de la supuesta repostería saludable (porque suele ser insípida o no ser saludable jejeje).

Este caso es, como alguna otra receta dulce saludable de este blog, una excepción que os animo a preparar YA MISMO!!!

NOTA: Puedes hacerlo con cualquier molde o fuente de horno que tengas, incluso individuales.

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 140 gr de calabaza cocinada (asada o cocida al vapor) – si la tenéis que cocinar, pesad 180 gr porque parte se evapora al cocinarla. Otra opción sería boniato o zanahoria.
  • 80 gr de dátiles (peso ya sin hueso; si no son medjoul dejadlos unos minutos remojando en agua caliente para que se ablanden un poco)
  • 40 gr de cacao puro en polvo (no es nesquick ni equivalentes, es 100% cacao, lo venden en los supermercados marca valor o marca blanca)
  • 35 gr de avena (en harina o en copos, puede ser otra harina si preferís)
  • 2 huevos
  • 35 gr de aceite de coco (no creo que de oliva funcione)
  • Pizca de sal
  • 2 cucharaditas de levadura tipo royal (impulsor, no la de hacer pan)
  • Para la cobertura: 100 gr de vuestro chocolate favorito (no hace falta que sea de postres ni de cobertura ni que sea chocolate con leche, puede ser incluso blanco)

Preparación:

Si no tenemos la calabaza/boniato/zanahoria ya cocinada, la cocinamos. Para ello, la pelamos y troceamos pequeñita y la asamos en el horno o bien la cocemos en el microondas (ya sabéis que yo soy fan del estuche de vapor Lekue, en 7 minutos con un poquito de agua en la base esta lista!).

Trituramos la calabaza junto con todos los demás ingredientes. Si lo veis mazacote total, podéis añadir un poco de agua.

Vamos precalentando el horno a 180 grados con calor arriba y abajo.

Pasamos esta mezcla a un molde o fuente apta para horno, no importa la forma de vuestro molde (redonda, alargada, alta, baja…), incluso moldes individuales de magdalena o de donut sirven.

Metemos en el horno 20 minutos y comprobamos si está listo introduciendo un cuchillo: si sale totalmente manchado lo dejamos 10 minutos más, si sale limpio o prácticamente limpio sacamos el molde del horno.

Mientras se templa un poco, preparamos la cobertura. Calentamos el chocolate en un cuenco en tandas de 20 segundos, abriendo y removiendo hasta que quede una crema homogénea.

Si nuestro molde lo permite, desmoldamos con cuidado el pastel sobre un plato – en general todos lo permiten pero si lo hemos hecho en uno tipo lasagna no se puede/ no hace falta. Como véis, se desmorona un poco pero afortunadamente lo vamos a cubrir con chocolate jejeje.

Cubrimos el pastel con el chocolate derretido repartiéndolo bien con una espátula o cuchara, y metemos en la nevera para que se solidifique (tarda 2 horas, puedes comerlo antes si no te aguantas, aunque no esté durito jeje).

Listo!!!

Malfatti (ñoquis gigantes de espinacas y ricotta)

Hola amig@s una semanita más!

Vengo cargada de recetones que llevaba tiempo queriendo editar, os vais a chupar los dedos!!!

Nunca he hecho pasta en casa. Sé que no es tan normal hacer pasta en casa, pero a estas alturas del blog habría sido normal que me hubiese embarcado en esa aventura, no? Lo cierto es que se me resiste, y es que, por mi mentalidad minimalista, no quiero tener más cacharros en casa (o al menos no cacharros que sólo sirvan para una cosa, como gofreras) y para hacer pasta generalmente hay que tener varios cachivaches…

A excepción de algunas recetas! Es el caso de los ñoquis, que generalmente compro hechos (en esta receta tan rica como contundente os enseñaba a prepararlos con salmón y nata os encantaron!) pero que se pueden hacer en casa fácilmente. Otro ejemplo son estos malfatti, una receta italiana parecida a unos ñoquis gigantes pero que me gustan más tanto a nivel nutricional como por su sabor.

Son muy fáciles de hacer, no es lo más rápido del mundo y te pringas las manos pero os prometo que el resultado merece la pena!!!

Ingredientes (para unas 10-12 bolitas, 3-4 raciones):

  • ½ cebolla
  • 400 g de espinacas (frescas o congeladas, para esta receta prefiero congeladas)
  • 200 g de queso ricotta (sustituible por requesón/cottage)
  • 60 g de queso parmesano/grana padano rallado
  • 1 huevo
  • 3-5 cucharadas de harina (maizena o harina normal) para la masa, + otras 3 para enharinarlas
  • pizca de nuez moscada
  • pizca de sal
  • aceite de oliva
  • 400 ml de tomate frito (mi favorita es la de la marca Hida, que venden en Mercadona entre otros)

Preparación

Comenzamos picando la cebolla en cuadraditos pequeños. La rehogamos en una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio 5  minutos.

Agregamos las espinacas (tal cual de la bolsa o descongeladas en el microondas si eran congeladas). Dejamos que vayan cocinándose y perdiendo volumen hasta que no tengan líquido (unos 5-10 minutos).

Una vez así, las cortamos con unas tijeras (para evitar que en las bolitas haya hebras desagradables). Dejamos que se templen un poquito.

En un cuenco amplio mezclamos la ricotta (sin su suero), el parmesano, el huevo, la harina, sal y nuez moscada.

Agregamos las espinacas anteriores. La idea es que quede una masa manejable pero muy pringosa. Si la véis absolutamente inmanejable, añadid más harina o bien pan rallado.

Formamos bolas del tamaño de pelotas de golf (o más pequeñas) y las pasamos por harina (meneándolas en una tacita con harina dentro os será más fácil). Las ponemos en un platito.

Ahora vamos a cocerlas como si fuese pasta. Para ello, ponemos abundante agua con sal a cocer (como para pasta). Cuando hierva a borbotones, metemos nuestras bolitas y dejamos que siga hirviendo hasta que floten (se ve claramente), unos 5-10 minutos aproximadamente. Los rescatamos con una espumadera y los pasamos a un plato intentando escurrirlos bien del agua.

Calentamos nuestra salsa de tomate y servimos calentito todo, con más parmesano por encima.

Más rico IMPOSIBLE!

➡ Se conservan en la nevera 4-5 días. Congelados no creo que queden bien…

Tapenade / olivada (versiones clásica y vegetal)

Hola amigos!

¿Conocéis el tapenade?

Es una crema de aceitunas que, aunque a lo mejor no conocéis por su nombre, seguramente la hayáis probado porque es frecuente que la pongan como untable de tapa en restaurantes.

Tiene un sabor potente y súper mediterráneo, por eso queda muy bien como untable (aperitivo), para poner dentro de un bocadillo junto con más cosas, o como guarnición de alguna carne o pescado suave.

No olvidemos que las aceitunas son uno de los tesoros de nuestra gastronomía. Por favor no las temáis como ocurre con los frutos secos: son una fuente de energía y grasas súper saludable! Eso sí, siempre que sean aceitunas sin aditivos chungos como las típicas rellenas que tienen glutamato/potenciador del sabor… Mirad los ingredientes :).

El tapenade es de los untables que más rápido se preparan, ya que no requiere una textura muy cremosa sino que siendo granuloso ya es estupendo!

Si tenéis los ingredientes por casa, os animo a probarlo de inmediato!

Ingredientes (para 4 raciones, cantidades aproximadas):

  • 4-8 filetes de anchoa en conserva o 4-8 tomates secos en aceite (versión vegetal)
  • 150 gr de aceitunas negras sin hueso ni glutamato/potenciador
  • 1 diente de ajo (o medio, al gusto)
  • 1 cucharada sopera de alcaparras
  • 1 chorro de generoso de aceite de oliva
  • opcional: 1 puñado de algo verde tipo canónigo, kale…

Preparación:

Basta con poner todos los ingredientes en un bol o thermomix, y triturar a máxima velocidad. Buscamos una textura con grumillos, pero si se convierte en una pasta tampoco pasa nada.

 

Listo para disfrutar!!!

Si preparáis poca cantidad, puede quedarse por las paredes de la batidora/thermomix. Simplemente bajad el contenido con una espátula o bien haced el doble de lo sugerido!

 

Ensaladilla rusa 2.0

Buenos días!

La ensaladilla rusa es, curiosamente, un plato que he empezado a adorar desde que vivo fuera de España. Antes, cuando alguien la pedía en un restaurante para compartir, me preguntaba qué le veían de especial!

Pues bien, fue mudarme a Luxemburgo y cada vez que vuelvo a España lo primero que pido es una buena ración de ensaladilla jeje. Pero claro, ahora que no puedo viajar me sigue entrando «el mono» de vez en cuando…

Nunca la había hecho en casa, y al ver la receta tradicional traté de pensar en una versión algo más nutritiva y aligerada, y maaadre mía, estaba DELICIOSA!!!! Estoy deseando que la probéis. Lo de la mayonesa ha sido un descubrimiento que encabeza mi lista de 2020 de momento, vais a alucinar, pero no me deis las gracias a mí sino a este artículo de ABC en la que la vi recientemente!

Y qué tiene de especial para ser más nutritiva y ligera? Tampoco gran cosa, no os vayáis a creer, y es que la ensaladilla de por sí es una buena receta y no creo que haya que tocarla demasiado!

  • Sustituimos la mitad de patata por garbanzos (tranquiiiilos, van machacados, NO se ven ni aprecian en plan raro)
  • Sustituimos la mayonesa tradicional (con huevo crudo – algo peligroso en términos de salmonella, y cargada de aceite – bastante bomba) por una muy especial, con calabacín y huevo duro – yo no daba crédito hasta que la probé y, como os decía antes, ha venido para quedarse…

Ingredientes (para 4 raciones generosas):

  • 300 gr de patatas (podéis comprarlas ya cocidas en conserva, aunque para mi gusto la textura en la ensaladilla queda mejor cuando las cocemos en casa, porque las dejamos más «chafadillas»)
  • 300 gr de garbanzos cocidos (podéis cocerlos vosotros, en ese caso contad con 150 gr de garbanzo seco y recordad dejarlo en remojo la noche previa)
  • 2 latitas de atún al natural (el que viene sin aceite; pero si queréis podéis emplear con aceite), aprox 160 gr
  • 1 zanahoria pequeña
  • 4-6 cucharadas de aceitunas verdes sin hueso
  • 2 huevos duros (o frescos y los cocemos)

Para la mayonesa 2.0:

  • 1 calabacín pequeño
  • 2 huevos duros (o frescos y los cocemos)
  • 2 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • pizca de sal
  • 1 cucharada sopera de zumo de limón

Preparación:

Lo primero que haremos será cocer los ingredientes que requieren ir cocidos: patatas, huevos, calabacín (para la mayonesa) y, en su caso, los garbanzos.

Cocemos las patatas y el calabacín (MUY BIEN PELADO y cortado en 3, recordad que lo emplearemos para la mayonesa y lo ideal es que quede blanquita!) hasta que queden suuuper blanditos. Par cocerlos, los pondremos:

  • a cocer en abundante agua con sal. A fuego medio y tapados hasta que estén tiernas (aprox 20 minutos, el cabalacín seguramente esté listo antes).
  • en un estuche de vapor tipo Lekue 10 minutos.

Una vez listo lo anterior, chafamos las patatas (o parte de ellas) con un tenedor, y el calabacín lo reservamos para la mayonesa.

En caso de utilizar huevos sin cocer, los cocemos en un cacito con agua hirviendo con un chorrito de vinagre 10 minutos. Recordad: necesitamos 4 en total (2 para la ensaladilla y 2 para la mayonesa). Pasado ese tiempo, los cubrimos con agua fría y los pelamos con cuidado de no quemarnos.

Mientras tanto, vamos preparando los demás ingredientes y pasándolos a un cuenco o fuente grande.

Escurrimos el atún y las aceitunas y los picamos ligeramente con un cuchillo.

Con una picadora o thermomix, picamos muy bien los garbanzos (escurridos del jugo de conserva) y la zanahoria (troceada en 3). La idea es que los garbanzos no se aprecien, que queden muy picados.

Vamos por último con la mayonesa 2.0. Simplemente tenemos que triturar el calabacín (escurrido) junto con los demás ingredientes del listado. Así de fácil, probadla y alucinaréis, aunque al enfriarse es cuando alcanza su mejor momento!

Y ya sólo queda mezclarlo todo y meterlo en la nevera hasta que esté bien fresquita (mínimo 2 horas), y lista!!!!

➡ Se conserva bien en la nevera unos 4-5 días.

➡ Al tener tanto ingrediente y nutriente, sirve como plato único, acompañado quizá de unas hojas verdes, tomate y cebolla, y con picos!

Crema suave de alcachofas

img_2393

RECETA REEDITADA

Buenos días lectores!

Nunca hubiese pensado que las alcachofas quedaban bien en crema… no sé bien por qué tenía ese prejuicio, ya que me encantan en general, tanto a la brasa como con salsita de cebolla y jamón o gambas, en risottosoufflé o lasagna… Pero en crema se me hacía raro!

Mi cambio de perspectiva se produjo hace unos años, al probar una crema de alcachofas en el restaurante Fortnum&Mason en Londres (que os recomiendo muchísimo!), me pareció ESPECTACULAR y decidí que la probaría lo antes posible.

Me encanta porque es súper suave, fácil de hacer (NO OS PERDÁIS EL TRUCO FACILITADOR DE ESTA RECETA), y además nos aporta todos los beneficios de las alcachofas, que no son pocos dados los nutrientes que contiene:

  • Ayuda a digerir las grasas
  • Reduce el colesterol y triglicéridos
  • Es diurética (por tanto depurativa, ayuda a expulsar toxinas, y previene problemas de riñón)
  • Al tener bastante fibra, regula nuestro tránsito y además nos ayuda a tener menos hambre

Ingredientes (para 6 raciones):

  • 2 paquetes de alcachofas congeladas, 800- 900 gr en total – este es EL truco de la receta:
    • si las compramos frescas habrá que limpiarlas, lo cual es tan engorroso que nos puede disuadir de hacer la receta, y además siempre quedarán fibras que no querremos encontrar en nuestra crema!
    • si no os he convencido, simplemente limpiad las alcachofas quitando las partes más duras y al final de la receta, después de triturar la crema, coladla (con colador chino o pasapurés)
    • si queréis podéis utilizar alcachofas en conserva, aunque no me gusta mucho el sabor que deja el líquido de conservación
  • 1 cebolla grande o puerro
  • 1-2 patatas medianas
  • aceite de oliva
  • sal
  • pimienta
  • agua
  • opcional: 100 g de piñones o almendras tostadas para poner por encima

Continuar leyendo Crema suave de alcachofas

Orzo (pasta con forma de arroz) con salsa de tomate y langostinos

 

Hola lectores!

Hoy vengo con una receta maravillosa sacada del libro de Ottolenghi «Simple», del que os he hablado en varias ocasiones.

Este libro me tiene entusiasmada, es impresionante lo mucho que conecto con ese tipo de recetas: sabores intensos, ingredientes normales y saludables (y algunos no tan frecuentes pero que tengo), equilibrio de sabores y texturas, y facilidad/rapidez!

Era la primera vez que cocinaba este tipo de pasta llamada «orzo» o «risoni». La he probado en restaurantes en platos llamados «falso risotto» (ya que es pasta pero con forma de arroz) pero nunca en casa, y la verdad es que la pienso comprar en adelante ya que se prepara enseguida y queda ESPECTACULAR!

Sobre todo si utilizas una salsa como la de la receta de hoy… Os he puesto la foto del libro debajo de la mia por si una no os anima que lo haga la otra jejeje.

Animaos porque es una maravilla!!!

Ingredientes (para 4 raciones):

  • 250 gr de orzo / risoni (serviría cualquier pasta corta, fideos de fideuá o incluso arroz)
  • 1 lata de tomate troceado (400 gr/ml)
  • media cebolla
  • 2-3 dientes de ajo
  • 2 puñados generosos de gambas congeladas crudas
  • 2 puñados de almejas (podéis omitirlas y poner más gambas)
  • Opcionales pero muy recomendables:
    • 1 cucharadita de semillas de hinojo
    • pizca de copos de chile al gusto
    • un poco de ralladura de naranja
  • agua (luego vemos cantidad)
  • albahaca fresca para emplatar (también opcional pero le va estupenda!)
  • sal
  • pimienta
  • aceite de oliva 

Preparación:

Comenzamos dorando la pasta en una cazuela amplia. A fuego medio-fuerte y con un chorrito de aceite y una pizca de pimienta. La dejamos 2 minutillos y la pasamos a un cuenco o plato aparte.

Picamos la cebolla y el ajo menuditos y los agregamos a esa cazuela con 1 cucharadita de sal, poniendo mas aceite para que se pochen bien (5 minutos a fuego medio).

Incorporamos los ingredientes «opcionales pero muy recomendables» (naranja, hinojo, chile) y dejamos 1 minute.

Agregamos la lata de tomate y esperamos a que empiece a hervir.

En este momento incorporamos la pasta (que habiamos dorado), las gambas, las almejas (si las ponemos) y 2 vasos grandes de agua (a poder ser, caliente del microondas o hervidor/kettle) y dejamos que hierva tapadito a fuego suave, removiendo de vez en cuando.

Cuando veais que ha absorbido todo el liquido (normalmente pasados unos 6 minutos), probais el punto de la pasta y:

  • si aun esta durita, la dejais unos minutos mas anadiendo algo mas de agua;
  • si esta ya bien lo retirais inmediatamente del fuego.

Servimos bien caliente con albahaca por encima (opcional).

Delicioooosa ya veréis!!!

➡ Lo ideal es comerla recién hecha, pero podéis conservarla en la nevera 4 dias. También podéis congelarla, pero asumiendo que la textura no va a tener nada que ver!